Uno de mis mayores recuerdos de los
veranos que pasabamos en Escoyo, eran las tardes que después de las labores, bajabamos a darnos un chapuzón al
río y llevabamos los bocatas para después merendar.
De izquierda a derecha: Elias, Jose, Maxi, Sara (yo) y Eloy. La perra se llamaba Linda.