Es cierto, cuando cambias de lugar lo primero que te percatas es que la gente es distinta, hasta los rajos de su cuerpo, incluso hablando el mismo idioma, dos pueblos cercanos a veinte kilómetros, el hablar es distinto tienen distinto deje y al oírle hablar sabes que es natural de tal o cual pueblo, ahora hay menos diferencia pero hace cincuenta años por el deje en hablar sabían de que pueblo si estaba fuera del suyo.
Eso lo note mucho al ir a Canarias primero estuve en Tenerife y luego en Gran Canaria, y después de estar viviendo allí un tiempo sabes distinguirlos perfectamente por la forma de hablar que tienen, las coletillas, las expresiones que usan, la forma de entonar, cuando me encuentro alguno por Madrid todavía los distingo.