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LAS PALMAS DE GRAN CANARIA: Soy canario en toda mi ascendencia con la excepción...

Soy canario en toda mi ascendencia con la excepción de una tatarabuela, aristocrata alemana que quedó embarazada soltera hacia la mitad del siglo diecinueve, y que su familia, por vergüenza, desterró a Gran Canaria durante su embarazo y maternidad inicial, y que tras haber dado a luz abandonó a mi bisabuela en una casa cuna y se volvió a Alemania.Ya se ha perdido en mi familia el apellido Santana. Y en esta tierra de destierro, la de Unamuno, reivindico la memoria de mi bisabuela.
Milité en el nacionalismo canario cuando el imperio español se constreñía, por que sabía que después del Sahara se corría el riesgo de que Canarias fuera la moneda de cambio de un imperio decadente venido a menos.Me invitaron a entrar en MPAIAC, pero no acepté por que no creo que la alternativa fuera el derramar sangre ni la violencia.
Me acuerdo de los godos, los que venían por aquí hace 40 años y de la respuesta de un amigo que tenía una tabaquería, en la que dos godas tardaban mucho en comprar, y como mi amigo tenía miedo a que le robaran artículos de las góndolas les dió prisa para que compraran, por que tenía que estar pendientes de ellas y no podía atender bién al resto de la clientela.Ante la celeridad que les requirió mi amigo, ellas le dijeron:!Y después dicen que los canarios están aplatanados!, a lo que mi amigo respondió ante tal ofensa:!Señoras, eso lo dicen por que tenemos el plátano muy grande.Sabia respuesta la de mi amigo.
Hace mucho tiempo que no veo a un godo.Quizás por que vieron que la decadencia del imperio donde nunca se ponía el sol la frenó la integración en Europa.Si, ese mismo imperio en expansión, Europa, el que aseguró también que Canarias no fuera moneda de cambio con USA para pagar los favores de la alianza americana marroquí como hizó un gobierno español decadente con el Sahara.Quizás Europa hizo que los godos perdieran su complejo de superioridad en el trato hacia los canarios.
Y como en mis venas corre la misma sangre de los canarios prehispánicos, un pueblo noble y con sentido del honor, que sorprendió a los arabes cuando sometieron a Hispania en Al Andalus durante 800 años, y que respetaron a Canarias y no la colonizaron, por que su pueblo era diferente, que optaba por la edad de piedra cuando estaba rodeada por la edad de bronce.Y como he heredado la nobleza les diré que no guardo ningún rencor a los descendientes de los godos.Es más, me honra la amistad de numerosos amigos españoles que viven en las islas y en el continente y que no han heredado el problema psicológico de algunos ascendientes del complejo de superioridad que les perdía en nuestra relación.
Me gusta mucho la influencia económica y cultural que nos otorgan los visitantes alemanes e ingleses desde los 70, y que nos ha ayudado a los canarios a evolucionar por encima de lo que en este periodo lo han hecho los españoles.Canarias y Baleares son los sitios preferidos para vivir por los ciudadanos de la Unión Europea según dicen las encuestas.
En mi juventud me encantaban las suecas que nos visitaban.Hoy, en mi madurez, reconozco que las canarias son guapisimas, y no lo digo por que las canarias, en frecuencia relativa, sean las que más han ganado concursos de bellezas españolas, y que las venezolanas sean de las que más han ganado concurso de mis mundo y universo.Esta generación de venezolanas, donde más se ha mezclado la sangre canaria, quizás hayan recibido algunos de los genes ancestrales de esa pareja de canarios prehispánicos, no sé si honrada o deshonrada, que fueron los primeros canarios cautivos viajar al continente, presentados ante los Reyes Católicos y demás séquito, en la corte de Sevilla, desnudos, para que admiraran su belleza, para que rindieran pleitesía ante los soberanos en nombre de los nuevos territorios conquistados.No lo digo yo, lo dice la historia.