La vieja bocamina del Cantiquín, primera galería de montaña que se adentraba hasta las entrañas del monte, en busca del preciado carbón. Salían vagonetas cargadas de carbón y se dirigían al cargadero del plano, las de costeros y tierra eran basculadas al pie de la misma bocamina formando una gran escombrera.
Era visible desde bien lejos.
Sarambiello, con su rosario de casas, aprovechaba las pocas fincas que les había dejado la empresa Coto Musel con su concesión minera.
Monte arriba, del lugar podíamos encontrar otras dos pequeñas escombreras con sendas bocaminas (la segunda y la tercera)
Abundaban los castaños, que en eOtoño, solían dar buenas cosechas. Los güajes de Fontoria y del Barrio Tapia usábamos las fincas de la empresa, como lugar de juegos y, en ocasiones de "guerras" a pedradas ó a castañazos.
Había que tener cuidado, porque había lugares peligrosos donde se abrían "chimeneas de ventilación" de la mina de montaña.
A veces subiemos por el plano inclinau, donde había una escalinata de troncos, en paralelo con las vías de las vagonetas; otras nuestra ascensión la realizábamos monte arriba, por la gran escombrera (era la forma más rápida, pero la más peligrosa; pues, a veces se desprendían costeros que rodaban escombrera abajo, con gran estruendo); el camino preferido, era el del Camín de Sarambiello, desde el Sutu.
Era una pequeña cuesta, donde te acompañaban: pequeños huertos, algún prado y una estupenda pumará, a la entrada del pueblo. (siempre me gustó mucho esta finca, por lo cuidada que la tenían y por las estupendas manzanas que daba.
fin del 1er capítulo.
Era visible desde bien lejos.
Sarambiello, con su rosario de casas, aprovechaba las pocas fincas que les había dejado la empresa Coto Musel con su concesión minera.
Monte arriba, del lugar podíamos encontrar otras dos pequeñas escombreras con sendas bocaminas (la segunda y la tercera)
Abundaban los castaños, que en eOtoño, solían dar buenas cosechas. Los güajes de Fontoria y del Barrio Tapia usábamos las fincas de la empresa, como lugar de juegos y, en ocasiones de "guerras" a pedradas ó a castañazos.
Había que tener cuidado, porque había lugares peligrosos donde se abrían "chimeneas de ventilación" de la mina de montaña.
A veces subiemos por el plano inclinau, donde había una escalinata de troncos, en paralelo con las vías de las vagonetas; otras nuestra ascensión la realizábamos monte arriba, por la gran escombrera (era la forma más rápida, pero la más peligrosa; pues, a veces se desprendían costeros que rodaban escombrera abajo, con gran estruendo); el camino preferido, era el del Camín de Sarambiello, desde el Sutu.
Era una pequeña cuesta, donde te acompañaban: pequeños huertos, algún prado y una estupenda pumará, a la entrada del pueblo. (siempre me gustó mucho esta finca, por lo cuidada que la tenían y por las estupendas manzanas que daba.
fin del 1er capítulo.
anonadado he quedado.......... valla conocimientos de la zona que tienes.... de que libru sacaste eso
muy bueno
muy bueno
