Todos los años, al principio del
Verano, se construían en la explanada de la Chalana dos diques de
piedras y maderos; formando así dos
piscinas fluviales de
agua corriente, la una cerca del
Puente de la Chalana y la otra cerca del Prau de Cristobal.
Hubo unos años que se colocaba una palanca de saltos al lado del pozu del puente de la Chalana; aunque algunos chavales decidian lanzarse desde arriba de la barandilla del mismo.