En el Catastro del Marqués de la Ensenada (S. XVIII) se registran 51 vecinos en
Pimiango; de ellos, 32 ejercían el oficio de zapatero. En este
pueblo se formaban en el oficio y lo ejercían de forma ambulante por todo el litoral del Cantábrico. En esta zona oriental de
Asturias se hablaba un dialecto, "el Mansolea" que los zapateros hablaban y llevaban consigo y les caracterizaba.