Se inició su construcción en 1794 a expensas de los marineros de la villa.
Asentada en pendiente en el
barrio de
San José, posee planta cuadrada y un amplio
pórtico que se cierra con
puerta enrejada de madera de la época.
En su interior un
retablo de los talleres de Luís Fernández de la Vega lleno de imaginería barroca, con tallas de San José con el Niño, San Juan Bautista y San Francisco.