la playa en otoño, GIJON

La soledad del arenal de San Lorenzo, en una tarde fría y de viento gélido, apenas se ven algunosd contumaces paseantes por el Paseo del Muro, cumplidores de su casi obligatorio paseo diario.
La area está subiendo y apenas deja una franja de arena seca. Las interminables olas que se acercan una y ota vez en periódicas avenidas, cada vez llegan más lejos en su devenir continuo.
Abrocho el anorak hasta arriba y subo el cuello, patra evitar resfriarme.
Algo tiene este mar incansable y bravo: La mar,...