Como bien dices, es la ley de la vida. Ahí en ese piso vivió un matrimonio,
feliz, crió a sus tres hijos con las penurias de la posguerra, y ahora que ya han desaparecido, los hijos que andan desperdigados por
Asturias, quieren vender el piso. Difícl papeleta porque
Figaredo tiene poco porvenir para la
juventud. ¡Si pusieran el nuevo
Hospital!