Se trata del espacio abierto y ajardinado que unificaba todo el
palacio taifal. A él vertían los
pórticos norte y sur, y probablemente, habitaciones y dependencias situadas al este y oeste de este
patio central.
Su nombre procede del nacimiento en la Aljafería de la infanta Isabel de
Aragón, que fue en 1282 reina de
Portugal. Se ha conservado la alberca original del sur, mientras que la del frente septentrional, del siglo XIV, se ha cubierto con un suelo de madera. La restauración intentó dar al patio el esplendor original, y para ello se dispuso una solería de
placas de mármol en los pasillos que rodean al
jardín de naranjos y
flores.
La arcada que se contempla mirando hacia el
pórtico sur está restaurada mediante el vaciado de los
arcos originales que están depositados en el
Museo Arqueológico Nacional de
Madrid y en el Museo de
Zaragoza. Suponen el mayor atrevimiento y distancia por su innovación con respecto a los modelos califales de las arquerías del lado norte.
Según Christian Ewert, quien ha estudiado durante quince años los arcos de la Aljafería, cuanto más relacionados con zonas nobles (
Salón Dorado y Mezquita) están las ornamentaciones de las arcadas, más respeto tienen a la
tradición cordobesa de la que parten.