La
pasarela, costaba una perragorda, y ojo al dato, ya había un torno de metal muy fuerte y a prueba de estudiantes, que al echar la perragorda, te permitía el paso (como actualmente en algunos supermercados), y cruzabamos el
río, hasta helios, o a darnos un "capucete", si era
verano. Qué recuerdos. Saludos a todo Charo, Daniel, etc.