Hasta donde alcanza la vista, alla en las lejanas fronteras exteriores de la Union Europea, hay gente que , en las glaciales tardes de invierno, protegidos de la ventisca helada dentro de rusticas cabañas de madera, se desternilla de risa al amor de la hoguera mientras fornidos y autoritarios oligarcas rusos se ponen verdes de envidia rodeados de sus hieraticos gorilas al escuchar, de labios de retornados emigrantes, el asombroso y enriquecedor relato de la cotidiana realidad de cierto pequeño pero muy profundo pueblecito de nuestro querido Aragon.
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