ALCALA DE EBRO: Estimado Eduardo:...

Leo en el Libro de los Proverbios: "Una buena ama de casa ¿Quién la encontrará?" Yo fui el afortunado que tuvo el privilegio de conocer, durante mi infancia en la Ínsula, a todas las mujeres del lugar y puedo dar fe que todas ellas eran buenas, laboriosas, honorables, dignas de todos los elogios que dicho Libro les dedica. Las recuerdo atendiendo solícitamente el hogar y la educación de sus hijos, lavando la ropa en el Galacho, charlando alegremente todas a la vez y matizando el trabajo con alguna jotica cantada con tanta fuerza que se las oía desde la taberna del tío Patrona y hasta desde la plaza del pueblo. Cuando hacía buen tiempo se las veía sentadas en unas sillas bajicas a la puerta de la casa, en animada conversación mientras tejían alguna prenda para el invierno o surciendo la ropa de chicos y grandes. Para todas ellas guardo en mi corazón admiración y cariño. Pero me atrevo a nombrar a tres por motivos especiales.
La Mercedes la Chava: Fue mi niñera. Cuando terminada la carrera volví al pueblo y al encontrarnos me abrazó con fuerza contra su corazón y con lágrimas rodando por las mejillas repetía una y otra vez: "Hijo mío cuánto has crecido y cuánto te quiero". Soy duro para las emociones pero tanto cariño me conmovió y también yo dejé correr lágrimas de ternura y gratitud.
La Conchita García, hija del tío Pedro y hermana de Olegario. Atendía la carnicería y allí acudía yo a comprar "carne de hilos" (falda) cumpliendo órdenes de mi madre. Y siempre la encontraba bien presentada y sonriente. A todos atendía cuidadosamente y de buen humor, con palabras amables para todo el mundo. Pero para mí, chiquillo de 9 o 10 años tenía una atención preferencial mostrándome un cariño muy particular que se traducía en "dejar correr la romana a mi favor". ¡Qué maravilla de mujer!
Y termino con un recuerdo agridulce: no quiero equivocarme pero creo que era hija de la tía Felipa y hermana de José María el albañil: LA PATRO. Mocica de pocos años con frecuencia me llevaba a su casa para regalarme con algo dulce. Y yo, con mis cuatro añicos, me pegaba a ella atraído por sus muestras de afecto. Me quería muchísimo y cuando con sus amigas iba al baile, en lo de Antonio Logroño, me llevaba con ella y con entusiasmo les decía: "Yo me casaré con Eduardico". -Pobrecica La Patro: con poco más de sus 20 espléndidos años terminó su peregrinación aquí en la tierra. --- Tengo la firme esperanza de reencontrarme con ella en la otra vida. Y entonces nos fundiremos en un abrazo para compartir felices la Vida para Siempre.

Estimado Eduardo:
Hemos visto sus mensajes, gracias a que Eloisa Borobia García (mi tía), nos lo trasladó y ahora ya tenemos la oportunidad de contestarle y poder estar en contacto con usted.
La verdad es que nosotros no vivimos en Alcalá, vivimos en el pueblo de mi padre y en Zaragoza. Mi madre si que se acuerda de usted, aunque más de su hermano
Antonio y de Juanito a la vez que de su madre que iban por casa de visita en vacaciones, cuando estaban en casa de Isabel Peña.
Me presento, mi nombre es Luis y soy nieto de Conchita García de Álcala de Ebro (hermana de Olegario) e hijo de Luisa (hija mayor de Conchita y hermana de Eloisa).
Nos ha emocionado profundamente que mantenga tan buen recuerdo y tan poco equivocado de nuestra abuela, todavía más con el añadido de su edad. Mi madre, nos comenta que desea que Dios le conserve tan privilegiada memoria y que se pondrá en contacto con distintas personas que sabe que les agradará tener noticias de usted así como poder leer sus mensajes tan emotivos.
Nos imaginamos que nuestra tía Eloisa le comentaría el fallecimiento de nuestro tío Olegario el pasado mes de agosto de 2009 en Sevilla, mientras estaba con su hija mayor que viven en dicha ciudad.
Un fuerte abrazo de Luis y familia, así mismo reiteramos nuestros agradecimientos por tan buen recuerdo.