Los Baños de doña María de Padilla del Real Alcázar, SEVILLA

Los baños de María de Padilla son una cripta abovedada con tres naves, una zona subterránea, que incluye un aljibe y que se encuentra debajo del patio del Crucero. Se accede a través de una bóveda de cañón con los característicos azulejos que sale al jardín de la Danza, por un patio manierista con una galería con arcos y decorado con grutescos en las columnas, en cuyo centro se encuentra la Fuente de Troya.

Los baños están muy cerca de la Fuente de Mercurio, bajando unas escaleras. Lo puedes encontrar en el nº 34 del plano oficial del Alcázar de Sevilla.

De reciente descubrimiento tras un estudio arqueológico, es de origen almohade. Esta estancia se encuentran supuestamente las salas donde tomaba sus baños la amante del rey Pedro I, doña María de Padilla. Según algunas leyendas, la bella dama se deslizaba desnuda hasta el lugar para tomar sus baños.

Fíjate en las policromías renacentistas realizadas entre 1565 y 1579 en los muros de los baños. Son muy frágiles y las condiciones de conservación complicadas

En realidad, se trata de un aljibe almohade del siglo XII y XIII situado en la antigua planta baja del Patio del Crucero. En época del rey Alfonso X fue cubierto con bóvedas de crucería típicas del gótico. Existen corredores laterales donde aparecen pinturas murales renacentistas del siglo XVI, obra de Juan Díaz, Juan de Saucedo, Juan Chacón y Gonzalo Pérez, sobre los arcos y los zócalos, si bien, son muy difíciles de conservar por las condiciones de humedad. En el siglo XVII se añadió una fuente de estilo manierista (sólo quedan restos) al final de la alberca y se abrió el acceso al Jardín de la Danza por medio de una bóveda de cañón con azulejos en la entrada.

Con el terremoto de Lisboa de 1755, se necesitó que se macizara el lugar, quedando las construcciones almohades bajo las reformas barrocas, obra de Sebastián van der Borch. Así se convirtió en un sótano. La luz natural entra en las estancias por los diversos huecos laterales existentes en la superficie del Patio del Crucero, lo cual permite renovar el aire. Así los Baños muestran una temperatura inferior en varios grados a la temperatura existente en la ciudad de Sevilla, lo cual llevó a que fuera incluso dedicado a almacén de los Reales Alcázares.