la niña de la
fuente:
en
sevilla hay una fuente que no devuelve la
juventud, ni siquiera cura, pero tiene el don de regresar a la infancia al que sacia la sed en sus
aguas.
una fuente que nace del regazo de una niña, una niña rubia y delgada que, de rodillas, inclina ligeramente la cabeza hacia el cuenco donde se recoge el liquido elemento, como si quisiera contemplar a todo el que bebe.
y así es; bajo su mirada, una mirada que va
camino de cumplir medio siglo, la niña ha visto pasar a generaciones enteras de sevillanos, y no sevillanos; a padres, a hijos, a abuelos, a gente que, cualquier mañana de
cielo azul y sol benigno, quiso perderse entre las palomas del
parque de maría luisa.