ECIJA: ECIJA (SEVILLA)...

ECIJA (SEVILLA)
-Edad Moderna.

Tras establecerse el Tribunal de la Inquisición Écija pertenecía a la jurisdicción de Córdoba.
Entre el 1558 y 1730 hubo un total de 114 personas relacionadas con Écija que fueron sentenciadas por este Tribunal.
En el siglo XVII se fundaron múltiples conventos, cada uno de ellos perteneciente a distintas ordenes religiosas: Nuestra Señora del Valle (jerónimos); San Pablo (dominicos); San Antonio (franciscanos observantes); Madre de Dios (agustinos); Nuestra Señora del Carmen (carmelitas calzados); Nuestra Señora de la Concepción (carmelitas descalzas); Nuestra Señora de las Mercedes (mercenarios calzados); La Concepción de Nuestra Señora /mercenarios descalzos); La Victoria (mínimos de San Francisco de Paula); San Fulgencio (jesuitas); Los Marroquínes (concepcionistas franciscanos); Santa Inés del Valle (clarisas); Santa Florentina (dominicas); Espíritu Santo (dominicos); Los Remedios (carmelitas calzadas); Las Teresas (. carmelitas descalzas); La Visitación a Santa Isabel (recogidas de la Visitación) y La Encarnación (mercedarias descalzas).
Los primeros gremios se organizan a partir del siglo XVI y alcanzan el máximo esplendor en el siglo XVIII.
Una de las actividades dignas de mencionar fue en la comarca de Écija la cría de caballos de pura raza española (hispano árabe) actividad que se mantiene actualmente.
El desarrollo económico se refleja en la gran cantidad de construcciones religiosas y civiles que se desarrollaron entre los siglos XII y XVIII.
El siglo XVIII es considerado como el Siglo de Oro ecijano debido a su riqueza económica y artística.
En el 1755 las torres de las construcciones religiosas sufrieron mucho deterioro debido al terremoto de Lisboa.
Écija es considerada como “la ciudad barroca de Andalucía” gracias al desarrollo urbanístico producido en el siglo XVIII y de influencia de este arte en las construcciones de la época que logro crear el llamado “el barroco ecijano” del que existen numerosas muestras en los edificios religiosos y civiles.
A comienzos del siglo XVIII en Écija había para cada Iglesia ocho médicos y tres matronas.

-Edad Contemporánea.

Durante la Guerra de la Independencia las iglesias de Écija soportaron los saqueos del ejército francés.
Tras la Guerra de la Independencia en el siglo XIX, fue lugar de correrías del famoso guerrillero Francisco Abad Moreno “El Chaleco” quien dirigía sus partidas de patriotas y fue el azote de los invasores franceses por sus acciones bélicas en la comarca de La Mancha, Jaén y Córdoba. Otras partidas de guerrilleros fueron también muy activas en Córdoba, Sevilla y Huelva como las de Bustamante, Bartolo y Trigo.
Las Cortes de Cádiz suprimían los Señoríos jurisdiccionales mediante el Decreto del 6 de julio de 1811, pero una vez derrotados los franceses y expulsados de España, los avatares políticos (vuelta al absolutismo) hicieron frenar las reivindicaciones de los ayuntamientos de recuperar la plena jurisdicción sobre el territorio del municipio y sería en 1834, cuando tras la introducción del régimen liberal, definitivamente queda abolido el régimen señorial.
En el año 1833, Javier de Burgos ministro de Fomento realiza la división administrativa del reino de España, e inscribe a Écija, dentro de la provincia de Sevilla.
A lo largo del siglo XIX, durante la vigencia de los distintos gobiernos liberales se van a producir las “desamortizaciones” que es un proceso de expropiación o nacionalización de las propiedades de la Iglesia en concepto de venta de los llamadas “manos muertas”, nombre que recibieron las instituciones como la Iglesia y los Consejos que no podían vender sus tierras.
Las Guerras Carlistas, iniciadas contra el gobierno liberal tenían a los insumisos del norte (vascos y navarros), catalanes y valencianos, todos juntos a una activa Institución, que será la Iglesia quien avivaba desde el púlpito la sedición y rebelión contra la monarquía liberal y ésta, inició el proceso de “desamortización de los bienes de la Iglesia” para poder sufragar con medios económicos la formación de un ejército, dotado de pertrechos y soldados para combatir a las partidas facciosas que querían imponer por la fuerza, el régimen absoluto.
Posteriormente se suceden otros pasajes históricos como la Revolución y Constitución del 1869, el gobierno provisional del general Serrano, el reinado de Amadeo I de Saboya, la I República en 1873, período que termina con el golpe del Estado del general Pavía quien entra con las tropas en el Congreso en 1874, seguido por el pronunciamiento militar del general Martínez Campos en Sagunto en el año 1874, imponiendo por la fuerza de las armas la Restauración de la monarquía borbónica, en la persona de Alfonso XII.
Ya en el siglo XX, se produce un cambio político, con la proclamación de la II República, he iniciada la Guerra Civil, Écija es ocupada por el bando nacional.
En mi libro: “La España critica….una Iberia posible” comento esta tragedia humana y manifiesto: “Desgraciadamente, la anarquía existente en las dos Españas enfrentadas trajo sin por ello olvidar otras sangres inocentes derramadas, con los métodos represivos de los dos bandos que usaron la extrema dureza. Vamos a recordar dos víctimas de esta barbarie, la desaparición de dos personajes que la sufrieron en su persona, dos genios de la pluma Federico García Lorca y Ramiro de Maeztu, inútilmente sacrificados por el odio enfermo de los contendientes.
Olvidemos para siempre esta tragedia, con su memoria histórica y sepultemos definitivamente la triste realidad que denunciaba Mariano José de Larra del convulso periodo decimonónico: “Aquí yace media España, murió de la otra media”.
Recordemos tiempos pasados donde reinaba la armonía en el pueblo y todo el estrato social participaba en actos colectivos como refleja el gran genio pictórico Francisco de Goya en su obra “La Pradera de San Isidro” con escenas de fiestas, alegría común y jolgorio popular y en otros como “La carga de los mamelucos” donde todo un pueblo unido, participa en su lucha contra el invasor francés.
En esta escena de la Guerra de Independencia, ya un ilustrado de mente privilegiada D. Melchor Gaspar de Jovellanos, hacía su análisis personal y decía: “España no lucha por los Borbones, ni por los Fernando; lucha por sus propios derechos, derechos originales, sagrados, imprescriptibles, superiores e independientes de toda la familia o dinastía.
España lidia por su religión, su Constitución, por su leyes, por sus costumbres, sus usos y en una palabra, por su libertad…”
Terminada la guerra transcurre su historia dentro del régimen de Franco hasta que en el año 1977 se incorpora como villa, tras la Ley de la Reforma Política al nuevo sistema democrático actual.
La ciudad ha sido declarada Conjunto Histórico Artístico en el año 1966.