El mote de L'Esquirol ('ardilla' en catalán) se le adjudicó al
pueblo catalán de
Santa María de Corcó por su
posada homónima que tenía este animal como mascota enjaulado en su vestíbulo hacia el siglo XIX.
Algunos naturales de este pueblo (rodeado de
fábricas textiles en los
pueblos vecinos) se ofrecieron a trabajar en lugar de los huelguistas en 1902, en 1908 y en 1917, dando origen a este mote despectivo para los rompehuelgas