Esta
iglesia, que se ubica justo al lado de la
Catedral, en
calle Santa María, está construida entre los siglos XV y XVIII, y destaca tanto su
fachada como el
retablo interior.
La
portada, obra maestra del
gótico isabelino, fue realizada sobre 1498. En ella se ven dos imágenes orando, una acompañada por un ángel y otra por el apóstol Santiago. Parece que representan al Cardenal Mendoza y al obispo de
Málaga en aquella época, Pedro Díaz de
Toledo.
El retablo plateresco de 1944, realizado por Juan de Balmaseda, es de gran belleza. Contiene figuras de los apóstoles, la
Virgen Coronada, la Piedad, el
Calvario y el Padre eterno repartidos en compartimento cuadrados, todo con un brillante y homogéneo
color oro. Resaltar también el
coro, que se construyó en 1749 a cargo del aparejador de la Catedral Antonio Ramos.