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QUESADA: Un poema de mi alter-ego, María Ortega....

Un poema de mi alter-ego, María Ortega.
Se aceptan críticas, pero no devastadora que esa señora es muy sensiblera...

TENGO UNA CASITA BLANCA

Tengo una casita blanca

más chica que un caracol;

Tengo un jardín con un árbol

y un huerto con una col.

Una flor en la ventana

que perfuma la mañana

al primer rayo de sol,

y una fuente chiquitita

donde van las tortolitas

a beber de dos en dos.

Dentro de la casa tengo

una mesa y un cajón

donde guardo los tesoros

que llenan mi corazón.

La sonrisa de mis niños,

el primer beso de amor,

los recuerdos de mi infancia,

aquellos sin importancia

que en el tiempo y la distancia

van adquiriendo valor.

Junto a la mesa una silla,

junto a la silla un sillón.

A sus pies una guitarra

languidece recordando

noches de vino y de son.

Un libro sobre un estante

como un duende socarrón

que nunca admite un desplante

cuando busco una evasión.

Detrás de la chimenea,

recogiendo su calor,

tengo una alcoba que huele

a campo y lavanda en flor.

Sobre una cama bien puesta,

de plumas un edredón

donde la luna recuesta

su mirada de algodón.

Sobre la mesilla tengo

un ángel con un farol

que siempre espera despierto

alerta a cualquier temor.

La noche se hace pequeña

porque le cuesta caber

y en cuanto cierro los ojos,

se hace de día otra vez.

Mi casa tiene las puertas

abiertas de par en par.

pasan de largo las penas,

porque no tienen lugar

yanidan las cosas buenas

entre sus muros de cal.

Tengo una casita blanca

que mira hacia el mar azul.

Tengo una casita blanca.

donde solo faltas tú.