PASIÓN DE CATALANES (Confieso que la frase no es mía, pero me parece oportuna).
No es la primera vez que Cataluña intenta declarar la independencia y el reconocimiento del Estado Catalán, en una ocasión con buen resultado (se aprobó el estatuto catalán) y otra con resultado de 50 muertos, esto lógicamente sin contar las innumerables veces que, bajo el reino de Aragón, se pusieron de parte de los franceses para atacar al reino del que dependían.
En 1700, tras la muerte de Carlos II (casa de los Austrias) sin descendencia, se disputan el trono español, por un lado Felipe de Anjou (Borbones) y por otro el archiduque Carlos (Austrias).
El miedo a la pérdida sus Fueros propios y a la instauración del absolutismo borbónico hace que la Corona de Aragón apoye al archiduque Carlos. En 1713 se firma el Tratado de Utrech en el que se reconoce a Felipe de Anjou (Felipe V) rey de España.
Pero Cataluña no reconoce al nuevo monarca y se enfrenta, sola, contra Felipe V que, el 11 de septiembre de 1714, ordena el asalto a la ciudad de Barcelona y ésta capitula al día siguiente a pesar de la resistencia mas popular que militar, comandada por Rafael Casanova, abogado y Conseller en Cap, que no murió en esta guerra, como se ha hecho creer.
Desde 1888, fecha en que se inauguró una estatua en su honor, se utiliza como representante de la resistencia catalana, la “Diada”.
Durante la Segunda República Española (14 de abril de 1931 a 1 de abril de 1939) los representantes independentistas catalanes lo intentaron en dos ocasiones:
El 14 de abril de 1931 Lluís Companys, de Ezquerra Republicana de Cataluña (ERC), desde el balcón del Ayuntamiento de Barcelona, plaza de Sant Jaume, proclamaba la República Catalana. Mas tarde Francesc Maciá, líder de ERC proclamó “L´Estat Catalá, que amb tota la cordialitat procurem integrar a la Federació de Repúbliques Ibériques”.
Tres días mas tarde ERC renunciaba a la “República Catalana” a cambio de un compromiso del Gobierno de la República Española, de que presentaría en las Cortes el Estatuto de Autonomía de Cataluña y recuperaría el nombre de “Gobierno de la Generalitat de Cataluña, que fue abolido por Felipe V en los Decretos de Nueva Planta de 1714.
Mas tarde, el 6 de octubre de 1934, Lluís Companys, líder ahora de ERC, proclama nuevamente “L´Estat Catalá de la República Federal Espanyola”.
Agustí Calvet, director del diario “la Vanguardia”, escribiría: “Es algo formidable. Mientras escucho me parece que estuviera soñando. Eso es, ni más ni menos, una declaración de guerra. ¡Y una declaración de guerra en el preciso instante en que Cataluña, tras siglos de sumisión, había logrado sin riesgo alguno, gracias a la República y a la Autonomía, una posición incomparable dentro de España”.
El domingo 7 de octubre de 1934, el Presidente del Consejo de Ministros, Nizeto Alcalá Zamora, declara el “Estado de Guerra” en todo el pais.
El General Domingo Batet fue el encargado de reducir la sublevación iniciada por Companys, con un mínimo derramamiento de sangre.
La Generalidad se defendió con un centenar de mossos d´esquadra y varios centenares de seguidores.
Hacia las seis de la mañana del día 7 de octubre Companys comunicaba a Batet su rendición, tras cincuenta muertos y unos trescientos heridos.
No es la primera vez que Cataluña intenta declarar la independencia y el reconocimiento del Estado Catalán, en una ocasión con buen resultado (se aprobó el estatuto catalán) y otra con resultado de 50 muertos, esto lógicamente sin contar las innumerables veces que, bajo el reino de Aragón, se pusieron de parte de los franceses para atacar al reino del que dependían.
En 1700, tras la muerte de Carlos II (casa de los Austrias) sin descendencia, se disputan el trono español, por un lado Felipe de Anjou (Borbones) y por otro el archiduque Carlos (Austrias).
El miedo a la pérdida sus Fueros propios y a la instauración del absolutismo borbónico hace que la Corona de Aragón apoye al archiduque Carlos. En 1713 se firma el Tratado de Utrech en el que se reconoce a Felipe de Anjou (Felipe V) rey de España.
Pero Cataluña no reconoce al nuevo monarca y se enfrenta, sola, contra Felipe V que, el 11 de septiembre de 1714, ordena el asalto a la ciudad de Barcelona y ésta capitula al día siguiente a pesar de la resistencia mas popular que militar, comandada por Rafael Casanova, abogado y Conseller en Cap, que no murió en esta guerra, como se ha hecho creer.
Desde 1888, fecha en que se inauguró una estatua en su honor, se utiliza como representante de la resistencia catalana, la “Diada”.
Durante la Segunda República Española (14 de abril de 1931 a 1 de abril de 1939) los representantes independentistas catalanes lo intentaron en dos ocasiones:
El 14 de abril de 1931 Lluís Companys, de Ezquerra Republicana de Cataluña (ERC), desde el balcón del Ayuntamiento de Barcelona, plaza de Sant Jaume, proclamaba la República Catalana. Mas tarde Francesc Maciá, líder de ERC proclamó “L´Estat Catalá, que amb tota la cordialitat procurem integrar a la Federació de Repúbliques Ibériques”.
Tres días mas tarde ERC renunciaba a la “República Catalana” a cambio de un compromiso del Gobierno de la República Española, de que presentaría en las Cortes el Estatuto de Autonomía de Cataluña y recuperaría el nombre de “Gobierno de la Generalitat de Cataluña, que fue abolido por Felipe V en los Decretos de Nueva Planta de 1714.
Mas tarde, el 6 de octubre de 1934, Lluís Companys, líder ahora de ERC, proclama nuevamente “L´Estat Catalá de la República Federal Espanyola”.
Agustí Calvet, director del diario “la Vanguardia”, escribiría: “Es algo formidable. Mientras escucho me parece que estuviera soñando. Eso es, ni más ni menos, una declaración de guerra. ¡Y una declaración de guerra en el preciso instante en que Cataluña, tras siglos de sumisión, había logrado sin riesgo alguno, gracias a la República y a la Autonomía, una posición incomparable dentro de España”.
El domingo 7 de octubre de 1934, el Presidente del Consejo de Ministros, Nizeto Alcalá Zamora, declara el “Estado de Guerra” en todo el pais.
El General Domingo Batet fue el encargado de reducir la sublevación iniciada por Companys, con un mínimo derramamiento de sangre.
La Generalidad se defendió con un centenar de mossos d´esquadra y varios centenares de seguidores.
Hacia las seis de la mañana del día 7 de octubre Companys comunicaba a Batet su rendición, tras cincuenta muertos y unos trescientos heridos.
