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JIMENA: Olvidar en esa fecha La Peña Cultural y Recreativa,...

¡Queridos amigos del Foro:

Lo primero que debo decir es que la fotocomposición de esta cabecera ha sido realizada por el famoso fotógrafo "free lance" Antonio OP.

Hoy me adelante un poco a la hora de publicar mi relato: La culpa la tiene el fútbol. Salgo en unos momentos para Valdebebas y asistiré al partido Castilla-Real Jaén. Después a las nueve, en el S. Bernabéu, veré el Real Madrid-Valencia

Ahora solo voy a colgar la primera parte del relato. El resto espero hacerlo cuando regrese a mi casa desde el Estadio.

Saludos,.

LOS DOMINGOS POR LA TARDE, PESE AL FÚTBOL, NO OS ABANDONO.

EL VIAJE IMAGINARIO O EL VIAJE A NINGUNA PARTE. (Por Luismarín)

De todos es sabido que, en muchas ocasiones, la propia realidad supera a la ficción. Lo que voy a contar puede que sea real o tal vez inventado. Lo real pretenderé que parezca inventado y lo imaginado que se parezca a la realidad. Nunca debemos olvidar que el juego de la ficción consiste en parte, en saber mentir adecuadamente.

Mi “relato” de hoy está basado en un “increíble” viaje que hicieron, en junio de 1994, cinco personajes ilustres de Jimena. Este viaje ya figura en el acervo anecdótico de nuestro pueblo. Mí única intención es pasarlo al papel escrito y de este modo aplicar la enseñanza del conocido proverbio latino “Verba volant, scripta manent”: Las palabras vuelan, lo escrito permanece.
Ya hemos hablado aquí de algunas cosas sobre el significado del hecho de viajar. Desde la época clásica, el viaje ha sido el instrumento para conocer el mundo. Gracias a las crónicas, diarios, mapas, notas y grabados de los viajeros se han podido representar aquellas geografías que permitieron establecer el contacto con las culturas del Otro. Hoy en día no paran de realizarse múltiples estudios sobre las experiencias de los viajeros en sus contactos con nuevos paisajes o gentes de culturas diferentes y como se mezclan todos los elementos que interactúan y se superponen en el viaje. Sin embargo, en el tiempo actual, el viajero se presenta como un “cosmopolita” capaz de caminar entre fronteras y desplazarse abandonando las posiciones fijas que la sociedad, el trabajo o la familia le imponen: El viaje es una manera excelente de romperlas.

En el “Libro de los Viajes Imaginarios” de Xabier P. Docampo (que me ha servido en parte para el título de esta “redacción”), el autor nos recuerda que todos los viajes son un regreso y que el viajero que emprende un camino retorna a su hogar desde el mismo momento en que pone un pie fuera de él. Para el viajero es necesario volver para contar lo vivido y convertir el viaje en “relato”. Igualmente, todo viaje es también un viaje hacia dentro de nosotros mismos y la evocación de los mejores momentos del viaje (que a veces llegamos incluso a convertirlos en poéticos), sirven para trasladarnos a mundos imaginarios, reales o fantásticos. Para otros, lo mejor está en el “tempo” del viaje en sí, son los que están de acuerdo con este dos milenario proverbios japoneses: “Es mejor viajar lleno de esperanza que llegar” y. “Un buen viajero no tiene planes fijos ni la intención de llegar”.

La otra parte del título del relato, “El viaje a ninguna parte”, me lo inspiró la película española de 1986 de Fernando Fernán Gómez con ese mismo título y basada en la novela homónima de la que es autor. La película narra la historia de un viaje o “tournée” de un grupo de “cómicos de la legua” y está interpretada por José Sacristán, Laura del Sol, Juan Diego, María Luisa Ponte, Gabino Diego y el mismo Fernando Fernán Gómez. La leyenda que aparece en la foto inicial es un recuerdo de las personas que, bajo las órdenes de Francisco Pizarro, sobrevivieron a los momentos más críticos en los inicios de la conquista del Imperio Inca o del Perú: “Los trece de la fama”.

Aunque yo no tenga “ínfulas” de escritor profesional, si estoy de acuerdo con lo que dicen algunos profesionales de la escritura: “Existen los que pasan la vida soñando y los que le damos la vida a los sueños”. Eso es lo que yo, a mi modesto entender, pretendo hacer con este “relato”: Que soñéis despiertos con aquel “viaje imaginario a ninguna parte”.

Antes de iniciar la narración del “accidentado” viaje, voy a dar los nombres y apodos de los cinco viajeros: Melchor “El Diablo” (dueño del Seat 132 con matrícula de Barcelona sin los papeles en regla, al igual que el propio dueño, que ni siquiera tenía carnét de conducir), Pedro “El Cojo de la Viuda”, Antonio “El Rubio Garrotero”, Juan Ramón “El Gamba” y Paco “El Gordo”, hijo de Sebastián “Comeajos” (Pedro y Antonio, por desgracia ya hace unos años que dejaron de acompañarnos). Todo comenzó sobre las una o las dos de la madrugada de un 29 de junio de 1994.

Ese año, Jimena estaba inmersa en una larga temporada de sequía. La Consejería de Agricultura Andaluza había adelantado que la próxima cosecha de aceituna (1994-1995) no llegaría a las 330 mil Toneladas de aceite (200 mil Toneladas menos que la recogida en 1993-1994 que había sido una cosecha media de 530 mil Toneladas) y que la sequía iba a provocar una brutal caída del valor bruto de la cosecha de la aceituna en el árbol de más de 30 mil millones de pesetas. Además, los jornales necesarios para recoger la aceituna serían inferiores a los de la pasada en torno a un millón trescientos mil. ¡Mal panorama se presentaba para los trabajadores del campo y sus familias!
Tal vez, ninguno de los viajeros había prestado atención a las noticias que en ese año habían destacado en los titulares de Periódicos y cabeceras de Telediarios, por ejemplo: En Enero, al sur de México, en el Estado de Chiapas, se había levantado en armas el Ejército Zapatista de Liberación Nacional liderado por el Sub Comandante “Marcos”. Quizás si conocían, que el día de Reyes había desaparecido la hija primogénita de Al Bano y Romina Power. En Febrero, en la guerra Civil Yugoslava, un ataque de serbios a un mercado de Sarajevo había ocasionado 79 muertos y 200 heridos. También había sido muy sonada la intervención, por parte del Gobierno, de la Cooperativa de Viviendas PSV de la UGT y la suspensión de la actuación de sus órganos de dirección. En Marzo, el papa Juan Pablo II había prohibido a todos los sacerdotes la militancia política y sindical. En abril, un misil derribó al avión del Presidente de Ruanda y como consecuencia se desencadenó el conocido “Genocidio de Ruanda”, con millones de muertos entre tutsis y hutus. Nicolás Redondo fue sustituido por Cándido Méndez en la Presidencia del Sindicato Socialista. El Ex Director de la Guarda Civil, Luis Roldán, se dio a la fuga. Dimitieron los Diputados y Ex Ministros Carlos Solchaga y José Luis Corcuera, así como el Ministro del Interior, Antonio Asunción, este por responsabilidad política en la huida de Roldán. En Mayo, durante la celebración del Gran Premio de San Marino había muerto el conocido piloto brasileño de F 1 Ayrton Senna. En este mes se inauguró el Túnel bajo el Canal de la Mancha. En lo que iba de Junio, había sido noticia la muerte de cientos de indígenas colombianos en una avalancha del río Páez y la salida de las tropas de EEUU, Francia y Gran Bretaña, encargadas (desde 1945) de la defensa sector occidental de Berlín. Sin embargo, lo más popular había sido el comienzo de los Mundiales de Fútbol en EEUU y la expulsión del mismo de Maradona (por dar positivo en un control de dopaje realizado después de un partido). A pesar de todo esto, la vida en Jimena seguí con su rutina habitual de siempre.

El día 28 de junio (previo a la festividad de San Pedro y San Pablo), fue martes y jornada de cobro para los que habían “trabajado en el paro” (es decir, habían dado unos jornales en una “Oferta de Empleo Público”). Cuando esto del “cobro” sucedía, los bares de la Plaza (“La Sociedad de Cazadores” y “El Morgan”, en aquellas fechas) hacían el “agosto” aunque estuviéramos en otra fecha. La larga “liga” del mediodía se prolongaba con los cubalibres de la media noche. Como nadie tenía bastante, al llegar la hora del cierre, se sacaban unas “litras de cubatas” a granel, al gusto de los trasnochadores. Los “poyetes” de la Plaza eran los asientos ideales para seguir con las interminables tertulias que sobrevienen cuando el estado de sobriedad está muy lejos de desear.

En una de esas “esperpénticas” reuniones habían coincido los cinco antes mencionados más Diego “Bacalao” y José “Cejablanca”. Sobre las dos de la madrugada, tal vez, por el influjo de la luna, que prácticamente estaba llena (entre el 23 y 24 pasados había llegado a su plenitud), “El Diablo” tuvo y propuso una idea, como menos, “descabellada”: ¡Y si nos vamos a Pamplona a que nos invite mañana a café mi hermano Pedro que es su santo!. “Bacalao” y “Cejablanca” argumentaron posibles problemas con sus mujeres y optaron por retirarse. Los cinco restantes se dispusieron a iniciar una “Odisea” que les dejaría marcados para siempre: ¡Los Cinco de la Fama!

Lo primero que había que hacer era un recuento del dinero que disponían: “El Diablo” había cobrado el paro y “El Gordo” también, este era el que más dinero llevaba, los otros tres estaban a “dos velas”. Eligieron para llegar a la Nacional IV la ruta de Úbeda, Linares y por la carretera de la Mina “Matacabras” salir al cruce de Baños de la Encina. Previamente, en la gasolinera de la entrada a Úbeda, tuvo Paco que hacer el primer desembolso para llegar el depósito de gasolina. Los viajeros iban distribuidos de la siguiente manera: el chofer era Melchor, el copiloto Pedro (por la larga experiencia que tenía de numerosos viajes en el camión de Agustín Molina y para poder acomodarse mejor con sus muletas) y en las ventanillas “El Gamba” y “El Rubio, a Paco le habían dejado el centro, para que con su peso el coche tuviera una mejor estabilidad.

(CONTINUARÁ EN LA SEGUNDA PARTE)

Olvidar en esa fecha La Peña Cultural y Recreativa, regentada por la Mari, es un gran lunar en el relato, hay que estrujar mas la memoria para relatos de tanta imaginación.