JIMENA: La música es el arte mas difundido. Es cierto que no...

LOS DOMINGOS POR LA TARDE, PESE AL FÚTBOL, NO OS ABANDONO.

CONCIERTO DE NAVIDAD: LA MÚSICA NOS HACE SOÑAR (Por Luismarín)

PRÓLOGO:

Este segundo domingo de 2014 es (al igual que en el Tiempo Litúrgico) el primero de nuestro Tiempo Ordinario. En estas vacaciones pasadas, los reencuentros con la familia y los amigos, la pesadez de las largas digestiones y las espesuras de las brumas etílicas han conseguido crear un velo encubridor de la áspera realidad cotidiana que, en el fondo, todos hemos agradecido. A la vuelta, una vez recicladas las telarañas mentales, nos hemos enterado que, según algunos “Corifeos Gubernamentales”, 2012 fue el año del ajuste, 2013, el de las reformas y 2014 será el de la recuperación (claro, 2015 es el de las elecciones). Sin embargo, nos gustaría saber cuántos de los españolitos de a pié estarán conformes en llamar “ajuste” a los durísimos y desiguales sacrificios, “reformas” a los continuos tijeretazos salariales-educacionales-sanit arios-asistenciales y “recuperación” a algo que no acaba de una manera ostensible con el trágico y brutal desempleo que sigue afectado a uno de cada cuatro españolitos activos. En fin, otro año más en que la otrora “anecdótica” cuesta de enero empezará este mes y llegará al final de año sin un suave llano en que sentarse a recuperar fuerzas y “avíos” pecuniarios.

Una vez realizado este ligero “desahogo”, estaréis de acuerdo conmigo que la mejor noticia es el hecho de que todos vamos apareciendo por esta ventanita (tristemente cada vez son menos los que lo hacen grafológicamente) y que, al igual que se dice en los días posteriores a los Sorteos de Lotería de Navidad y de El Niño, lo bueno es disfrutar de la Salud: ese bien tan invisible cuando se tiene y tan deseado cuanto se resiente. Así qué, como no me atrevo con eso de “Próspero…”, ¡Salud para todos!.

En estos días pasados en Jimena he vuelto a encontrarme con personas a las que apenas había hablado en mi vida y sin embargo se han declarado fieles seguidores de mis relatos y noticias sobre gentes y “hechos” pertenecientes a nuestro pueblo. Por mi parte, si no vuelve a ocurrir ninguna “anomalía afectiva”, tengo en cartera un buen número de temas que espero salgan a la luz y eso sin contar con los que la actualidad inmediata demande.

Soy consciente de qué, cuando escribo en el Foro, me estoy comunicando con vosotros, es como si os escribiera una carta que podéis leer en unos instantes gracias a la maravilla del correo electrónico. Sistema, que por desgracia, se está llevando por delante a aquellos maravillosos carteros de gorra, valija de cuero y libreta de giros postales. Aquellos carteros (entre los que tengo tan buenos amigos) que voceaban las cartas en la puerta de la casa y en los patios de vecindad o recorrían penosamente, en bicicleta, o con los zapatos de San Fernando, los polvorientos y encenagados caminos rurales.

Yo siento que la comunicación existe entre nosotros, aunque en tantos casos, no sepa ni quién, ni cómo eres, o cuándo entras a leer el Foro de Jimena. Quizás seas uno más de los que abren el ordenador cuando regresan de su trabajo o unos minutos antes de irse a la cama. Tal vez, lo hagas disimuladamente desde tu puesto de trabajo o haciendo un pequeño receso en tus actividades domésticas.

Seguro que tú, cuando lees, coincidiendo o discrepando (por supuesto, faltaría más) de mis “relatos”, también sientes que estás en contacto conmigo. En el fondo, evaluarás de alguna manera los motivos, las impresiones o las deducciones y razonamientos que yo escribo, y las aprobarás o las rechazarás; es como una conversación a distancia y un imaginar por tu parte de mis labores de “rastreo”, interrogación o investigación hechas en plan aficionado.

Después de estas casi dos semanas de estancia en “Casa Juana”, lo normal, sería que contara (como he hecho en otros períodos vacacionales) mis “idas y venidas” por estos lares. Algo de esto voy a hacer aunque teniendo “in mente” que no me gusta repetirme y creo que hasta ahora, salvo en el relato de “Otras Nochebuenas”, que ya he publicitado conscientemente tres años, lo voy consiguiendo. Creo que vosotros mismos sois conscientes de lo difícil que es escribir sobre unas fechas concretas de la vida en nuestro pueblo y no caer en el plagio de uno mismo. La culpa de esto la tiene la “palingenesia” en su variante de la “eterna recurrencia”.

Ya hablé de este tema en mi relato sobre “El Molino del Pan”. La palabra palingenesia es un término que se corresponde con la repetición de hechos análogos en la historia de los pueblos. Esta doctrina, aplicada a los seres vivos, plantea que cada ser cumple un ciclo de existencia, comprendido desde el nacimiento, pasando por su existencia, luego su muerte, hasta la “reencarnación”. Una vez reencarnado volvería a cumplir ese mismo ciclo de existencia. Por eso se le denomina la “eterna recurrencia”. La doctrina plantea que dicho ciclo se repite una y otra vez, asegurando la continuidad de los seres. En mi historia sobre El Molino del Pan, yo aplicaba la idea de “eterno retorno” al comprobar cómo algunos van volviendo de mayores (Residencia de Ancianos) al sitio en el que habían comenzado su infancia (La Escuela). Es decir, es un concepto circular de la vida o la historia. Estas no son lineales, sino cíclicas o circulares. Si repasamos el calendario de celebraciones y acontecimientos festivos que se registran en Jimena podemos comprobar cómo se repiten casi idénticamente un año tras otro. Es como el Ciclo de las Estaciones: Primavera, Verano, Otoño, Invierno, Primavera, Verano…, y así toda una vida.

Este año, cuando volví a Madrid me puse a recordar que había hecho estas Navidades, constaté que era exactamente lo mismo de las anteriores (bueno ha faltado la ya clásica excursión por los Llanos de Hernán Perea y la comida al lado de la chimenea en la Nava de San Pedro por las Sierras de Cazorla y Segura, pero algunas ausencias lo han impedido). A grandes trazos, mis vivencias han sido estas:

Llegué para el cumpleaños de “Manolito” y su invitación a la “vera” de la lumbre. Nochebuena: cena en familia con la novedad de la incorporación de la Princesa Saray, la nueva joya de la familia; repertorio de Villancicos y “alterne” hasta altas horas de la madrugada. Día de Navidad: larga caminata circular por la Sierra, ayuno y “abstinencia”. “Dar las Pascuas”: invitación en casa de Tomásis y Antonio OP. Cena en “La Oropéndola”. Paseos matinales a los Pinares de Chavallanque y a la vuelta visita a mis “Catedráticos Particulares”. Ligas del mediodía con Gachono, Cayetano, Pedro “Comeajos”, “Mantecas” y Martín “Sardinilla”. Visitas a la Cooperativa a la hora del pesaje de la aceituna recogida. Escritura y publicación de la “Inocentada” de este año. Comida dominical en casa de Juani y Bartolo “Cañones”, con sus hermanos Rafa, Diego “Bolero” (¡que alias más bonito “Diego Bolero” y no el aséptico jimenato2009!) y familia. Después, al anochecer: ¡Concierto extraordinario de Navidad a cargo de la Asociación Musical “Fuente de la Estrella”!. Al día siguiente desaparición de la circulación y nuevas experiencias que sumar a otra de “mis vidas secretas”. Excepto el Concierto, lo demás es una mera repetición de lo que hice la Navidad anterior. Por ello, a partir de este momento (ahora entenderéis el título del relato), voy a tratar de que vosotros, al igual que lo hice yo, también soñéis gracias a la música de la citada “función”.

Aunque Platón afirma en su obra “Fedro” que la escritura es enemiga de la memoria porque basta que pongamos algo por escrito para que inmediatamente lo olvidemos, teniendo su parte de razón, yo, prefiero seguir el consejo que solían dar los viejos maestros de escuela: “no confíes en tu memoria, ponlo por escrito”. Desde mis tiempos de estudiante, lo puedo atestiguar por propia experiencia: “qui scribit bis legit”. Además, comencé a seguir el ejemplo de cómo memorizaba uno de los hijos de Ernesto Sábato: aporreando frenéticamente la máquina de escribir transcribiendo las lecciones para aprenderlas de memoria. De ahí en adelante yo hice lo mismo.

Para bien o para mal, no cabe duda que la escritura y la memoria van de la mano. Unas veces se ayudan mutuamente y otras se repelen o se traicionan. Viene esto a cuento, porque sin las notas que tomé la noche del Concierto, con los etanoles de alta graduación ingeridos un rato después, los recuerdos del mismo hubieran quedado francamente “deteriorados”.

(SIGUE)

La música es el arte mas difundido. Es cierto que no tiene fronteras, es un idioma universal que entienden todos los corazones. La música une a las personas, no sabemos con certeza cual es la razón, cual es la fuerza que nos provoca tales emociones. La música, ese arte inmaterial e invisible, es sin duda una de las formas de expresión y comunicación más poderosas.
Nos mueve y nos conmueve. Nos movemos a su ritmo, la música nos hace bailar, en la danza nos tocamos, nos abrazamos y nos sentimos. Nos conmovemos con melodías que pueden transportarnos mentalmente a otros lugares o épocas, despertar recuerdos o proporcionar nuevas experiencias. Melodías que son cantadas a coro por pueblos enteros, melodi­as que tienen tanta carga dentro que nos emocionan, ensalzan nuestro animo y nos colocan en una posición mental diferente.
Es cierto que la música nos sana, nos mejora, nos transforma. Esa es su última finalidad, la transformación.
Da igual lo especiales que seamos, la música es para todos.
Saludos y buen día.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Olvidastes, "nos alegra"
saludos
Cierto que la música es idioma universal, Paloma. También el llanto y la risa.
Saludos.