JIMENA: Para todos y todas los que os habeis incorporado este...

Para todos y todas los que os habeis incorporado este año al foro, lo hice el año pasado por el dia de hoy.

Cosas de Mi Pueblo.
15 de Mayo San Isidro Labrador.
Hoy aprovechando la festividad de San Isidro Labrador y su leyenda he visto la necesidad de hacer un modesto escrito como homenaje aquellos tantos y tantos San Isidros de Mi Pueblo.
O quizá no es un San Isidro aquel jornalero que salía en este mes de mayo cuando el calor ya empezaba apretar camino de las olivas bien suyas o como la mayoría a las de algún Amo, con una yunta de mulos para ir a arar a alguna finca como las canteras, la mataparda, la sierra, o los llanos entre otras, la primera tarea empezaba por aparejar a la yunta, dificultad para una persona sola, que además sus estaturas no eran de uno ochenta hacia arriba, mas bien diría hacia abajo y claro había que aparejar y cargar aquel arado que pesaba lo suyo, coger caminos hacia abajo o hacia arriba, llegar todavía temprano al tajo allí lo mismo, descargar el arado uncir a los mulos y surco viene y surco va hasta que llegaba el primer descanso o a fumar como se decía.
Por cierto ahora con el paso de los años cuando salgo a caminar no consigo ver ni saber donde estaban aquellas Hazas de Mi pueblo, hoy todas puestas de olivas, sobre todo en aquellos cerros frente a la zarza, me llama poderosamente la atención como han ido desapareciendo y lo quiero entender aunque me cuesta.
Y no era otro San Isidro aquel mociquillo todavía muy joven que de par de mañana se levantaba y una vez tomado algo de desayuno con su talega y su aza se iba a cavar a lucha o a cavar pies.
Y aquel otro San Isidro que dentro de unas pocas semanas ya metidos en el próximo mes de junio se levantaban a las cinco de la mañana par ir a barcinar a aquellas hazas y claro si no querías que te matara el sol mas te valía madrugar, porque a las doce o lo mas tardar a la una había que estar en casa, el calor ya era insoportable y aquel el potaje o aquella pipirrana fresquita acompañada de esos buenos gazpachos con su pepino y sus sopas de pan te estaban esperando en la mesa na mas llegar de soltar los animales y echarles un buen pienso, antes de sentase a la mesa se unas garfas de agua a la cara y los brazos y a comer, en aquellas mesas de camilla bien adornadas con sus senaguillas, su tapete de ganchillo y su porrón, testigas en los inviernos de tantos y tantos noviazgos siempre vigilados por aquellas Madres que se ponían en el rincón de la lumbre, esperando la tan ansiada hora de que se fuera aquel joven y poder descansar, pues el día había sido ajetreado con tanto trabajo.
Cuantos San Isidros recuerdo en mi pueblo, no me quiero olvidar de aquellos a los que nadie llamaba para dar algún jornal y se tenían que ir a la rebusca de la aceituna o ha espigar a las hazas, haría calor o fuera la hora que fuera y además posiblemente a muchos de Ellos no les esperaba en casa un buen potaje o una buena pipirrana, Ellos son los auténticos San Isidros y posiblemente como dice la historia, el ángel seguro que les ayudaba a poder llenar aquellas espuertas de aceituna, espigas rotas de cebada o trigo, incluso una buena espuerta de raíces para poder tener en el invierno una buena lumbre.
Echo la vista atrás y no puedo más que sentir admiración por Ellos.
Como de duro eran aquellas labores del campo y aun así había que irse de nuestro pueblo en busca de un mejor bienestar no solo para Ellos sino para sus hijos.
Que personas tan inteligentes y trabajadores ¡Ellos eran los verdaderos San Isidros ¡. Con todos mis respetos par ese Santo de la Iglesia Católica al que yo nunca me atrevería a poner en duda, pues quien soy Yo para hacerlo.
M. Nieto de M. Rasca.


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