CARBONEROS

Habitantes: 703  Altitud: 420 m.  Gentilicio: Carbonerense 
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Situación:

Pequeño municipio de la comarca Norte situado en el centro este de la comarca y atravesado por la autovía de Andalucía. Predominan las tierras dedicadas a pastos permanentes, en parte adehesados, en los que se encuentran algunas ganaderías y son ricos en caza menor. No obstante, es el olivar el soporte económico del municipio, al que contribuye el empleo que supone la industria del vecino municipio de La Carolina.

Carboneros es un municipio español de la provincia de Jaén, Andalucía, situado en la comarca de Sierra Morena

Ayuntamiento:

Alcalde Domingo Bonillo Avi (PSOE-A)

Monumentos:

Iglesia de la Concepción.

Pósito
Situado frente a la iglesia, es una obra en mampostería encalada también del último tercio del siglo XVIII. Presenta una estructura predominantemente horizontal, con puerta adintelada que marca la simetría, a la que se accede a través de dobles escaleras, flanqueada por dos ventanales rectangulares.

Fiestas:

Pintahuevos:

El Domingo de Resurrección, los carbonerenses se trasladan al campo agrupados por pandillas de familias y amigos para comer, bailar y pasar un alegre día de campo al que todos llevan huevos pintados con vistosos colores.

Romería de San Isidro Labrador (22/05):

El domingo más cercano a la festividad del santo, los vecinos acuden a la aldea de El Acebuchal donde disfrutan de un día festivo en un ambiente de la más pura tradición romera.

Feria y Fiestas en Conmemoración de la Fundación de Carboneros (5/08):

Se celebran campeonatos de fútbol sala, exposiciones, juegos infantiles, actividades culturales, concursos y verbena populares.

Feria y fiestas en honor de la Purísima (6/12):

Esta población, fundada en 1767 por colonos venidos de distintos países de Europa, tiene por Patrona a la Inmaculada Concepción, patronazgo que comparte con otras poblaciones fundadas por Carlos III. En su honor, se celebran fiestas desde el 7 hasta el 9 de diciembre en las que se organizan actividades deportivas, culturales y lúdicas.

Costumbres:

Gastronomía

Migas. Salmorejo. Ajoblanco. Sobas. Habichuelas serranas. Jabalí en adobo. Perdiz en escabeche. Conejo con salsilla bordonera. Conejo al tomillo. Conejo al jarón. Venado a la bañusca. Espárragos en salsa. Guisos de caza, asados a la brasa.

El pintahuevos consiste en decorar huevos con vivos colores que luego son comidos formando parte de pipirranas y ensaladillas el día del Domingo de Resurrección. En Carboneros esta tradición, común en otras poblaciones de Sierra Morena, tiene la particularidad de que las abuelas solían preparar, y aún lo hacen hoy, con las palmas que se procesionan el Domingo de Ramos, unas artísticas cestitas que ofrecían a cada uno de sus nietos para que pasearan en ellas

Dulces: Gachas con miel. Pestiños.

Historia:

El nombre de esta población hace mención a su riqueza y antigua actividad minera que se remonta a los tiempos del general cartaginés Aníbal. En las referencias que aparecen en las fuentes escritas de las minas de plata de la zona de Cástulo se menciona el Pozo de Baebelo, identificado con el poblado minero de Los Palazuelos, en el término de Carboneros, del que Aníbal obtenía grandes cantidades de plata. Tras la conquista romana la mina siguió siendo explotada como atestiguan las fuentes y los materiales cerámicos localizados.

La actual configuración urbana y paisajística de Carboneros tiene la impronta de los pueblos de colonización fundados en 1767, bajo el patrocinio del rey Carlos III y la dirección del intendente Pablo de Olavide, dentro del programa de las Nuevas Poblaciones.

Este proyecto pretendía colonizar amplias zonas desiertas de Sierra Morena, poblar una zona franca para el bandolerismo y poner en cultivo zonas potencialmente ricas pero entonces agrestes y desérticas por su abandono. El modelo de colonización refleja el pensamiento ilustrado, una combinación de utopía con reformismo social y político. Se proyectó una sociedad campesina ideal de propietarios de tipo medio, que pudieran ser autosuficientes, y se les facilitaba lo necesario para su puesta en cultivo.

En 1767 llegaron los primeros colonos traídos por el aventurero bávaro Thürrieguel desde distintos puntos de Europa central. La puesta en marcha no fue fácil, acompañada de un cúmulo de dificultades y desencantos. En Carboneros el proceso se inició con la construcción de cinco casas, una iglesia, un recinto dedicado a cárcel y un pósito. El proceso se fue consolidando poco a poco, a principios del XIX ya contaba con unos 515 habitantes. A mediados de la mencionada centuria su actividad productiva se había especializado en el aceite, lo que propició el auge de este asentamiento, que a principios del XX casi duplicaba su población, con un total de 983 habitantes.

Pero la novedad de este proyecto no sólo estribaba en el nuevo modelo social que se proponía para estas localidades o en la nueva organización agraria, sino también en que se dibujaba un urbanismo totalmente diferente al que hasta entonces caracterizaba a los pueblos españoles. Carboneros presenta uno de los trazados más interesantes, con el clásico trazado ortogonal, compuesto por una calle principal longitudinal, formándose una plaza elíptica en la incurvación de la misma. En este espacio sobresale por su monumentalidad el orden clásico de la iglesia, a los lados hay dos casas destinadas a los poderes civil y religioso. Enfrente de la iglesia se sitúa el pósito que con una sencilla portada cierra el otro lateral de la plaza.

Dependientes de Carboneros se crearon varias aldeas: El Acebuchar, La Mesa y Los Cuellos, cuya finalidad era la de acercar al campesino a su tierra. Unas aldeas construidas sobre un trazado preestablecido bajo los preceptos clasicistas de simetría y orden.

El nombre de esta población hace mención a su riqueza y antigua actividad minera que se remonta a los tiempos del general cartaginés Aníbal. En las referencias que aparecen en las fuentes escritas de las minas de plata de la zona de Cástulo se menciona el Pozo de Baebelo, identificado con el poblado minero de Los Palazuelos, en el término de Carboneros, del que Aníbal obtenía grandes cantidades de plata. Tras la conquista romana la mina siguió siendo explotada como atestiguan las fuentes y los materiales cerámicos localizados. La actual configuración urbana y paisajística de Carboneros tiene la impronta de los pueblos de colonización fundados en 1767, bajo el patrocinio del rey Carlos III y la dirección del intendente Pablo de Olavide, dentro del programa de las Nuevas Poblaciones. Este proyecto pretendía colonizar amplias zonas desiertas de Sierra Morena, poblar una zona franca para el bandolerismo y poner en cultivo zonas potencialmente ricas pero entonces agrestes y desérticas por su abandono. El modelo de colonización refleja el pensamiento ilustrado, una combinación de utopía con reformismo social y político. Se proyectó una sociedad campesina ideal de propietarios de tipo medio, que pudieran ser autosuficientes, y se les facilitaba lo necesario para su puesta en cultivo En 1767 llegaron los primeros colonos traídos por el aventurero bávaro Thürrieguel desde distintos puntos de Europa central. La puesta en marcha no fue fácil, acompañada de un cúmulo de dificultades y desencantos. En Carboneros el proceso se inició con la construcción de cinco casas, una iglesia, un recinto dedicado a cárcel y un pósito. El proceso se fue consolidando poco a poco, a principios del XIX ya contaba con unos 515 habitantes. A mediados de la mencionada centuria su actividad productiva se había especializado en el aceite, lo que propició el auge de este asentamiento, que a principios del XX casi duplicaba su población, con un total de 983 habitantes. Pero la novedad de este proyecto no sólo estribaba en el nuevo modelo social que se proponía para estas localidades o en la nueva organización agraria, sino también en que se dibujaba un urbanismo totalmente diferente al que hasta entonces caracterizaba a los pueblos españoles. Carboneros presenta uno de los trazados más interesantes, con el clásico trazado ortogonal, compuesto por una calle principal longitudinal, formándose una plaza elíptica en la incurvación de la misma. En este espacio sobresale por su monumentalidad el orden clásico de la iglesia, a los lados hay dos casas destinadas a los poderes civil y religioso. Enfrente de la iglesia se sitúa el pósito que con una sencilla portada cierra el otro lateral de la plaza. Dependientes de Carboneros se crearon varias aldeas: El Acebuchar, La Mesa y Los Cuellos, cuya finalidad era la de acercar al campesino a su tierra. Unas aldeas construidas sobre un trazado preestablecido bajo los preceptos clasicistas de simetría y orden.

Turismo:

Embalse de La Fernandina

Rutas en Bicicleta