Posiblemente, la
historia arquitectónica se podría reconstruir como sigue: En principio, después de
edificios anteriores no documentados, el
edificio islámico constaba de cinco naves y alminar. Según la
tradición esta mezquita fue cedida a la comunidad judía por Alfonso X. Poco después de la conquista se cambiaría la orientación de las naves y, tal vez en el siglo XIV se reconstruyeron éstas con formas mudéjar, incluyendo parte de los pies. En las
capillas laterales se conservaría el espacio de las cuarta y quinta naves de la antigua mezquita, dando así a la
iglesia planta de
cruz latina con tres naves y capillas de crucero, de las que sólo se conserva la que donde todavía se da culto al Señor de la
Columna. El espacio de las naves desaparecidas sirvió de
pórtico cubierto. Con posterioridad, en los inicios del siglo XV, se levantaría un nuevo
ábside gótico con aspectos arcaicos, como los
canecillos de ornamentación variada, que constaba de dos capillas en el frente de
altar de las dos naves laterales, las cuales presentaban
arcos más bajos que el central, aunque de idéntica factura. En la zona norte aparecen los elementos más modernos, con un espacio mudéjar dedicado posiblemente a
capilla funeraria que es posible que destruyera el
arco y la capilla anterior donde se aloja la
escalera de subida a la
torre de
campanas, y una
espadaña doble que cubría y elevada el alminar, construida con sectores mudéjares y otros ya barrocos.