La presencia
romana se atestigua por monedas,
cerámicas y restos arquitectónicos entre los que se incluyen varias bases y fustes de
columnas. A este periodo debemos probablemente el nombre toponímico de Lucena por la adición del nombre
romano Lucius
La
Historia de Lucena se ha escrito sólo parcialmente; por ello, al hacer referencia a la misma siempre se hará con ciertas reservas. Según parece los primeros pobladores de la zona llegaron durante el transcurso del paleolítico superior, según restos obtenidos en la superficie del yacimiento de la Dehesa. En este mismo yacimiento y en las mismas condiciones aparecen también restos del neolítico y de la Edad de Bronce. La supuesta presencia de estos pobladores sólo se ha podido atestiguar gracias a que en el yacimiento aún no se han hecho prospecciones. Lo mismo ocurre con otros yacimientos menos conocidos, como aquellos en los que han aparecido posibles restos
romanos en torno a Valbuena y el Cortijo de la Luz. Los orígenes de los primeros pobladores, tal como se ha indicado, corresponde a tiempos lejanos, pero el actual núcleo de población parece que se gestó durante el periodo árabe, aunque probablemente sobre los restos de las villas
romanas.
A partir de la segunda mitad del siglo XVIII,
Lucena del Puerto inicia un crecimiento lento pero constante, al compás de las crisis agrarias, los años de bonanza y los vaivenes del destino histórico, que se mantiene durante todo el siglo XIX y XX.
El libro 'Expedientes carcelarios de Lucena del Puerto (
Huelva). Prisión Provincial, 1936-1939' (Facediciones, 2008), de Juan José Antequera Luengo y Juan José Luengo Jiménez, da cuenta de cuantos vecinos sufrieron prisión durante la guerra civil española.