El templo es un
edificio de tres naves en cuya cabecera se abren
capillas absidiales. Las naves están separadas por tres
arcos de medio punto que rebajan a los arcos apuntados originales. Existe una única
capilla lateral en la nave de la Epístola. En los pilares que separan las naves podemos encontrar dos lápidas conmemorativas. La más antigua, de mármol blanco, recuerda la
bandera ganada a los turcos por el capitán Andrés Garrocho el 16 de julio de 1537. La otra recuerda el asesinato del sacerdote José Páez Hernández en agosto de 1936. La cabecera es la parte de una
iglesia o templo religioso opuesta al imafronte. Generalmente es el paramento exterior orientado al este (oriente), y es donde suele estar colocado el
santuario o
altar, siendo, por tanto, el eje principal del edificio. El
ábside es la parte de la iglesia situada en la cabecera, que acoge la mesa de altar. Generalmente tiene planta semicircular pero puede ser también poligonal. Suele estar cubierto por algún tipo de
bóveda que, en época
románica, es de
horno o cascarón. El
arco de medio punto, en
arquitectura, es un tipo de arco que en el intradós tiene la forma de un semicírculo. Es el elemento principal de la arquitectura abovedada, formando las de cañón. Antiguamente solía estar conformado por dovelas de adobe, ladrillo o
piedra. El arco apuntado, también llamado arco ojival, es una tipología extensa de arcos que están compuestos por dos tramos de arco formando un ángulo central en la clave. Se suele emplear en contraposición geométrica al arco rebajado. El arco apuntado transmite mejor el empuje lateral que uno de medio punto, esto hace que se obtenga mayor sensación de verticalidad.