Buenas tardes, amigos.
MIGUEL: Ya te están oliendo los pantalones a San Benito. No sé si la crisis económica afectará demasiado, pero seguro que os lo pasaís bien, que al fin y al cabo es de lo que se trata.
A ver si acompaña el tiempo, no como a los santabarberos, que tuvieron una romería pasada por agua y barro. No obstante se lo pasaron estupendamente. Bien es cierto que allí van pocos caballos al estar a unos tres ó cuatro kilómetros del pueblo. El Ayuntamiento puso autobuses para evitar en lo posible coger el coche.
CASTILLEJA: Me gustan mucho las historias de tus dichos populares. Yo, si me lo permites, voy a citar también alguno.
"Dar un cuarto al pregonero": Con esto queremos decir que se propaga, difunde o divulga un asunto que debería mantenerse en secreto. Un cuarto era una moneda de cobre, cuyo valor a veces fue de un maravedí, o bien la cuarta parte de un real. Esta era la cantidad que cobraba un pregonero por ejecutar su oficio por calles y plazas. Normalmente anunciaba ventas o arrendamientos. A veces los pregoneros eran empleados del Ayuntamiento para hacer saber asuntos de interés del vecindario. 'Por orden del Sr. Alcalde se hace saber.....'
Yo los he conocido en El Cerro. No los cito porque, aunque ya han fallecido, no sé si a sus familias le agradaría.
MIGUEL: Ya te están oliendo los pantalones a San Benito. No sé si la crisis económica afectará demasiado, pero seguro que os lo pasaís bien, que al fin y al cabo es de lo que se trata.
A ver si acompaña el tiempo, no como a los santabarberos, que tuvieron una romería pasada por agua y barro. No obstante se lo pasaron estupendamente. Bien es cierto que allí van pocos caballos al estar a unos tres ó cuatro kilómetros del pueblo. El Ayuntamiento puso autobuses para evitar en lo posible coger el coche.
CASTILLEJA: Me gustan mucho las historias de tus dichos populares. Yo, si me lo permites, voy a citar también alguno.
"Dar un cuarto al pregonero": Con esto queremos decir que se propaga, difunde o divulga un asunto que debería mantenerse en secreto. Un cuarto era una moneda de cobre, cuyo valor a veces fue de un maravedí, o bien la cuarta parte de un real. Esta era la cantidad que cobraba un pregonero por ejecutar su oficio por calles y plazas. Normalmente anunciaba ventas o arrendamientos. A veces los pregoneros eran empleados del Ayuntamiento para hacer saber asuntos de interés del vecindario. 'Por orden del Sr. Alcalde se hace saber.....'
Yo los he conocido en El Cerro. No los cito porque, aunque ya han fallecido, no sé si a sus familias le agradaría.
