Cuando el viento sea
flor marchita,
Y la
noche no viva sino en puro recuerdo;
Cuando el silencio reine
Y descienda implacable sobre lunas y estrellas.
Y cuando sólo quede la ceniza
De todo aquello que fue luz,
montaña y
sombra;
Al final de los límites vertidos en los seres;
Más allá de los tiempos.
Cuando esté la esperanza destruida
Y los ángeles mudos perdidos para siempre,
Y el
agua tan exigua que ni Dios beberá;
Después de esto, después.
Cuando el rosal se halle en plena muerte,
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