CUANDO TE HAGA UNA
SEÑAL CON LA CABEZA…
La diferencia entre oír y escuchar puede marcar, incluso en un acto en apariencia intrascendente, una enorme diferencia en el resultado final, tal y como nos muestra en esta breve fábula:
“El herrero del
pueblo contrató a un aprendiz dispuesto a trabajar duro por poco dinero. El muchacho era
joven, alto y muy fuerte, aunque un poco despistado. Era obediente y hacía las tareas que le encomendaban, pero se equivocaba a menudo y tenía que repetirlas porque
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