PEDRO MARTINEZ: LA CAMA DEL SABIO...

LA CAMA DEL SABIO

Un sabio era conocido por todos por su inalterable paciencia, tanto que corría la voz de que no se había airado en su vida por nada. Dudando del hecho, algunos amigos se pusieron de acuerdo con su sirvienta para que hiciera de todo por hacerlo montar en cólera. A una sirvienta no le faltan ocasiones de este tipo, pero un arroz quemado o un vaso roto, ciertamente, no fueron suficientes para alterar a un tipo como su señor que, desde siempre, había dado muestras de un inalterable control de sí mismo. Entonces decidió no hacerle la cama por la mañana. La dejaría tal como estaba, limitándose solo a arreglarla un poco. Y el sabio, por la noche, se acostaría pacíficamente en su cama deshecha y no se alteró ni lo más mínimo.
Al cabo de unos días, la sirvienta, compadecida, volvió a hacer la cama. Pero el sabio le dijo: « ¿Por qué has vuelto a hacerme la cama? ¡Ya me he acostumbrado a la cama deshecha, y hasta duermo mejor que antes!».