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PEDRO MARTINEZ: La leyenda del baobab, una preciosa historia africana...

La leyenda del baobab, una preciosa historia africana

Hace mucho, pero que mucho tiempo, en la Sabana africana existían hermosos árboles y muy frondosos. Algunos muy altos, como el baobab. Este árbol era considerado por todos como el más bello. Sus hojas grandes y brillantes llamaban muchísimo la atención. Su tronco estilizado y alto le ayudaba a observar el mundo desde las alturas. Y su copa estaba plagado de hermosas y olorosas flores.

De hecho, los dioses, embelesados por su belleza, decidieron concederle el don de la longevidad. Así, el baobab podía vivir más años que ningún otro árbol. Su tronco sería más alto y ancho gracias a ese tiempo extra. Pero este árbol tenía un defecto: su vanidad y soberbia.

No contento con ser el árbol más hermoso y grande, el baobab quería más y más. Quería ser más alto y más grande. Quería rozar el cielo con sus ramas. Tanto es así, que desafió hasta a los dioses:

– ¡Miradme bien, dioses del cielo, porque llegaré hasta donde estáis y seré como vosotros.

Y el baobab creció y creció mucho más. Pero al crecer, sus ramas comenzaron a tapar con su sombra a otros árboles, y sus raíces absorbían todo el agua, dejando al resto de árboles moribundos. Uno a uno, fueron muriendo, incapaces de conseguir ni un rayito de sol, ni un poquito de agua, por culpa del baobab.

Los dioses, enfadados con la prepotencia y la poca empatía del baobab, decidieron castigarlo. Así, arrancaron todos los baobab de la tierra y les dieron la vuelta. De esta forma, el baobab crecería con la copa enterrada en la arena y las raíces al aire. Y es por eso que a partir de entonces el baobab tiene esa forma tan extraña.