Aunque las personas obren de buena fe en darte consejos, no siempre pueden acertar, por qué todos somos únicos, los pensamientos y sentimientos son propios esenciales de cada uno, no podemos guiarnos por lo que otros sientan. Podemos agradecerles la ayuda, pero debemos ser nosotros mismos, quien reflexionemos y busquemos la mejor forma de solucionar nuestros problemas. Solo así saldremos más fortalecidos para emprender nuevos retos en la vida.