LEYENDAS GRANAINAS. La leyenda del joven aprendiz llamado Juan de Maeda (una historia real).
... Cuenta la leyenda que, en un día frío y nebuloso del mes de enero de 1539, un joven pobremente vestido atravesaba la Plaza de las Pasiegas, y observando en ella, un gran ajetreo de obreros que estaban trabajando, entre montones de arena, cal, andamios y piedras.
El Joven curioso se acercó al grupo de albañiles y les preguntó, que quién era el encargado responsable de la Constitución de la Catedral, y donde podría encontrarlo, ¡Diego de Siloe es el arquitecto constructor!, respondieron casi al unísono todos los obreros.
El joven pronto lo encontró, siguiendo las indicaciones que los albañiles le habían dado, y ni corto ni perezoso, le pidió trabajo de forma repetida, cansina e insistentemente, Diego de Siloe un poco molesto por la interrupción en su trabajo, y para quitárselo pronto de encima, le pidió que cogiera un bloque de piedra y que esculpiera algo, lo que fuera, para que así podiera demostrar lo que sabía hacer, preguntándole de nuevo el joven escultor... que qué quería que le esculpiera, y Diego de Siloe arto de tanta insistencia, persecución y perdida de tiempo, le contestó malhumorado,
¡lo que sea, un demonio!.
Pasados unos días, el joven escultor le enseñó su obra al maestro Siloe, al cual quedó tan gratamente sorprendido por la misma, que le prometió al joven aprendiz, que colocaría su obra en un lugar preferente de la Catedral.
Pero claro, como se trataba de un "demonio" (tal y como el maestro Siloe, le habia pedido en su desesperación), quedaría ofensivo y blasfemo, dentro de la casa del Señor. Entonces a Diego de Siloe, se le ocurrió una solución, esculpió por la otra parte de la piedra un Ecce homo.
Hoy esa piedra esculpida por un lado con un "Ecce homo" y por su espalda por un "diablo", está colocada sobre el dintel de la puerta de la Catedral que da a la parte de la Gran Vía, en el pasaje que lleva precisamente el nombre de;
"Pasaje de Diego de Siloe".
En cuanto al joven aprendiz que esculpió con tal precisión el retrato de satanás, se llamaba Juan de Maeda, cántabro y discípulo de Diego de Siloe, que más tarde realizó las trazas de San Pedro y San Pablo, dirigió las obras de la Catedral de Sevilla y bajo su dirección se terminó la Capilla Real de Granada, sucediendolo en su cargo, su hijo, Acensio de Maeda.
... Cuenta la leyenda que, en un día frío y nebuloso del mes de enero de 1539, un joven pobremente vestido atravesaba la Plaza de las Pasiegas, y observando en ella, un gran ajetreo de obreros que estaban trabajando, entre montones de arena, cal, andamios y piedras.
El Joven curioso se acercó al grupo de albañiles y les preguntó, que quién era el encargado responsable de la Constitución de la Catedral, y donde podría encontrarlo, ¡Diego de Siloe es el arquitecto constructor!, respondieron casi al unísono todos los obreros.
El joven pronto lo encontró, siguiendo las indicaciones que los albañiles le habían dado, y ni corto ni perezoso, le pidió trabajo de forma repetida, cansina e insistentemente, Diego de Siloe un poco molesto por la interrupción en su trabajo, y para quitárselo pronto de encima, le pidió que cogiera un bloque de piedra y que esculpiera algo, lo que fuera, para que así podiera demostrar lo que sabía hacer, preguntándole de nuevo el joven escultor... que qué quería que le esculpiera, y Diego de Siloe arto de tanta insistencia, persecución y perdida de tiempo, le contestó malhumorado,
¡lo que sea, un demonio!.
Pasados unos días, el joven escultor le enseñó su obra al maestro Siloe, al cual quedó tan gratamente sorprendido por la misma, que le prometió al joven aprendiz, que colocaría su obra en un lugar preferente de la Catedral.
Pero claro, como se trataba de un "demonio" (tal y como el maestro Siloe, le habia pedido en su desesperación), quedaría ofensivo y blasfemo, dentro de la casa del Señor. Entonces a Diego de Siloe, se le ocurrió una solución, esculpió por la otra parte de la piedra un Ecce homo.
Hoy esa piedra esculpida por un lado con un "Ecce homo" y por su espalda por un "diablo", está colocada sobre el dintel de la puerta de la Catedral que da a la parte de la Gran Vía, en el pasaje que lleva precisamente el nombre de;
"Pasaje de Diego de Siloe".
En cuanto al joven aprendiz que esculpió con tal precisión el retrato de satanás, se llamaba Juan de Maeda, cántabro y discípulo de Diego de Siloe, que más tarde realizó las trazas de San Pedro y San Pablo, dirigió las obras de la Catedral de Sevilla y bajo su dirección se terminó la Capilla Real de Granada, sucediendolo en su cargo, su hijo, Acensio de Maeda.
