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PEDRO MARTINEZ: Navidad en tiempos de guerra y hambre......

Navidad en tiempos de guerra y hambre...

El mundo estaba para pocas fiestas. Al fin de la Guerra Civil Española sucedió el estallido de la Segunda Guerra Mundial y a la sociedad de este país, con las heridas abiertas por la contienda, todavía le quedaban por pasar unos durísimos años de posguerra. Fueron años de hambre, de estraperlo, de racionamiento, de escasez de los productos más necesarios, de frío y de sabañones. Sin la solidaridad de los que podían un poquito más, habría sido imposible para muchos salir adelante. De manera que, con la llegada de las fiestas de Pascua, las campañas para recaudar alimentos, ropa de abrigo y juguetes se multiplicaban. El Auxilio Social movilizaba a través de las páginas de este diario a las chicas que cumplían el Servicio Social y a las de la Sección Femenina para participar en diversas cuestaciones. Parte del dinero recaudado servía, por ejemplo, para comprar comida y ropa a los niños que el Patronato de la Asociación Granadina de Caridad tenía a su cargo, unos cuatrocientos, según informaciones de la época, acogidos en diversos asilos y orfelinatos.
La otra cara de la Navidad estaba en la paga extraordinaria, en la instalación de puestos, adornos y escaparates. Las tiendas de comestibles repletas de género, jamones, embutidos, conservas, vinos... Confiterías con olor a mazapanes, mantecados, turrones y alfajores. Los pavos, dueños de la plaza de la Trinidad, los puestos ambulantes de dulces y peladillas de Bib-Rambla y las zambombas y panderetas que esperaban en un improvisado mercadillo en las Pasiegas. Por la noche se oían algunos villancicos. Era el preludio de la Nochebuena que Granada se disponía a celebrar en paz.