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PEDRO MARTINEZ: PARTE ULTIMA EL TRABAJO EN LA INMIGRACION EN TORRE...

PARTE ULTIMA EL TRABAJO EN LA INMIGRACION EN TORRE ROMEU
Así, si en capítulos anteriores he descrito el barrio y como se iban gestando las calles, plazas, casas y pisos, y en este trato el trabajo de la gente, la verdad es que un tema y el otro se entrelazan completamente y escapan de la faja que quiere sujetar los apartados. Esta impresión se acentúa aún más cuando se tratan las relaciones dentro de la familia y en la vecindad, especialmente si analizamos el papel y la vida de las mujeres. Como hemos visto en los ejemplos de trabajo femenino expuestas en este capítulo, se hace dificilísimo trazar una línea divisoria entre trabajo, familia, papel de madre, de esposa, de vecina, etc. Es imposible dibujar una línea nítida entre el trabajo asalariado y la doméstica. Sin excepción, cualquiera de los testigos femeninos que tenemos refuerzan esta idea.
Un ejemplo más 10: "Y los mandábamos en el colegio y Mientras ellos aparecieron por en el colegio yo echaba tres o cuatro horitas, luego bajaba corriendo para abajo y haci de comercio. ¡Corre que te pillo! Y después otra vez pan alcanza acero Otras cuatro horitas Y después ya me venía y como mi hija, ya era grandecito con siete anillos, cuidaba de los dos Pequeños.
Cuando vinimos para acá, pues levantarnos Temprano a las 4 de la mañana y irnos a Trabajar, y Dejar Nuestros Hijos aquí en casa ya la mayor aconsejarle: -peina y lava a tus hermanitos y al colegio. ¡Qué Cuando venga quiero saber que has ido al colegio! Y después por la tarde, pues ídem de lo mismo. Hasta que ya se hicieron grandes y ya FUE otra etapa. Ya entónces ellas iban a Trabajar y yo me quedaba en casa ".

El relato de la Luisa 11 también lo ilustra:
"Nos juntábamos en casa catorce. Pa lavar a catorce, fregotear y guisar y tono. ¡Yo creo que esto es Trabajar! Esto es como si se va a Trabajar en una fábrica y dice: - ¡Se qué en la fábrica echo Muchas horas! Pues si yo me Levanto a las siete de la mañana y estoy Dando pisotón Hasta las doce de la noche que me dejo caer allí. Y allí me meto los pies pan limpiarme en el botijo. De estar too el día, pum, pum. Yo creo que esto es Trabajar, aúnque no esté en una fábrica. Que si a uno le Hace harta eso, que si Al otro hay que hacerle una cremallera, que si Al otro hay que remendarle los calzones, que si... ¿sabes? ¿Eso no se trabajar?
Luego ya, luego pusimos la miaja de tienda. Nos tocaron 300.000 pesetas en la lotería. A mí Rafael le tocaron 300.000 pesetas. Pusimos la miaja de tienda y ya púas Hemos ido Trabajando. Toos peleando, peleando, peleando. Trabajando mucho sí, mucho, mis hijos, yo y mi casarse. Trabajando toos. Y yo mato dos cerdos a la semana y en la cocina de mi casa hago, en Unos barrenos grandes, pongo los chorizos y las morcillas que vendo en la tienda. ¡Y no Tenemos más caudales que son esos!: la tienda, por lo que ya está. ¿Quieres más historia? ".

El papel de las mujeres como de administradoras de la economía familiar es indiscutible. La misma Luisa es un buen ejemplo. Ella explica cómo, antes de que ganaran la lotería y cuando según sus palabras con "5.000 pesetas nos apañábamos", repartía y distribuía el dinero para cubrir todos los gastos de la casa.
"Mis hijos me decían: - ¡Mamá! que mira que me Hacen falta Unos zapatos. -No Puede ser esta semana. Esta semana no puede ser que Tenemos que pagar el piso, no puede ser. A otra semana, - ¡Mamá! que mira tú una miaja de vestido. - ¡No puede ser! Tenías que acero montoncitos de dinero, pan distribuirla bien, pan pagar el piso, pan comprar una miaja de muebles, panpoder siquiera medio comer ¿sabes? Luego ya nos metimos en el berenjenal del solar mismo. ¡Cuantas penas Hemos pasao pan pagárselo a Juan el Gafas, pan pagarle el solar, y luego nos metimos en el piso y tuvimos que pagar: el 19 una letra y el 25 otra letra! ¡Y no dormíamos! No dormíamos Porque nos acostábamos pensando Dios mío que Tenemos que pagar una letra. ¡Dios mío hay que, para el día 25, Tenemos que pagar una letra! ¡Y no dormíamos siquiera! ¡Mira que era triste! ¡En el pueblo estabamos mal y aquí al legar púas també la pasamos putas! ".
Este papel de administradora del dinero familiar se constata también en los recuerdos de la Manuela.
"Y allí mira nueve horas Trabajando y todo lo que ganaba se lo Daba a mi hija. Y mi yerno todo lo que ganaba també si el Daba a mi hija. Y todos estabamos juntos y así nos Hemos ido apañando ".

Algún momento de ocio
Son historias de trabajo y trabajo, sin embargo, también existe aquella posibilidad, por pequeña que sea, de distraerse del trabajo cotidiano. Así en J. Ramón 12 nos cuenta algunos momentos de evasión, y es evidente que encontraríamos otros ejemplos.
"Aquí la diversión no, aquí no habemos tenído nosotros ninguna. ¡Hombre Hemos tenído diversión una noche que nos Hemos juntas la familia! Nos Hemos juntas los amigos. Un domingo, un día de fiesta nos Hemos comido o nos Hemos Tomas un bocadillo o Hemos bebida una cerveza. Otras veces yo, Cuando mi zagal estaba pequeño, poslos sábados, me he ido al cine con él. El llevaba al cine y eso se. No te creas que era muy corriente pero Cuando podía. Pero el día que no podía, pos le Daba y decis -Ve palo cine que yo no voy. A lo mejor le Daba 10 pesetas y valía el cine, valía entónces 2 pesetas el cine, el Principal. Pues sí hombre allí ibamos a ver las películas los sábados, y nos costaba un duro en mí ya mí chaval, nos costaba un duro y luego palo descanso nos bebíamos una cervecilla y el niño un vasillo de coca cola y total con 5 duros. Entónces no habia autobuses aquí ni na, estaba la barriada aquí, nos teniamos que venir andando. Con 5 duros haciamos el viaje y nos divertíamos. "

Este capítulo está muy relacionado con el capítulo 10. El trabajo de las mujeres