La olla embarazada
Un señor le pidió una tarde a su vecino una olla prestada. El dueño de la olla no
era demasiado solidario, pero se sintió obligado a prestarla. A los cuatro días,
la olla no había sido devuelta, así que, con la excusa de necesitarla fue a
pedirle a su vecino que se la devolviera.
—Casualmente, iba para su
casa a devolverla... ¡el parto fue tan difícil!
— ¿Qué parto?
— El de la olla.
— ¿Qué?!
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