PEDRO MARTINEZ (Granada)

Calle Dr. Fleming con flores
Foto enviada por sensi

No seas infeliz por las cosas que la vida te quita. Sé agradecido por las que te ha dado.
Mira dos veces para ver lo justo. No mires más que una vez para ver lo bello.
Que algo no funcione como tú esperabas no quiere decir que sea inútil.
El Cojo y el Ciego

En un bosque cerca de la ciudad vivían dos vagabundos. Uno era ciego y otro cojo; durante el día entero en la ciudad competían el uno con el otro.
Pero una noche sus chozas se incendiaron porque todo el bosque ardió. El ciego podía escapar, pero no podía ver hacia donde correr, no podía ver hacia donde todavía no se había extendido el fuego. El cojo podía ver que aún existía la posibilidad de escapar, pero no podía salir corriendo – el fuego era demasiado rápido, salvaje-, ... (ver texto completo)
El rey Carlos III y la expulsión de los cerdos

Corría el año 1759. Era pleno verano en la villa de Madrid, donde la corte real se había instalado hacía ya dos siglos. El rey Carlos acababa de tomar posesión del trono de España, tras la muerte de su hermano Fernando VI.

Hasta su subida al trono, Carlos III de España había vivido en Italia, donde habían nacido sus trece hijos. Cuando se mudó a Madrid, en diciembre de 1759, Carlos no se encontró una ciudad hermosa y limpia, como cabría esperar ... (ver texto completo)
No importa que sea una rosa, una flor de loto o una margarita. Lo importante es florecer.
En estos tiempos donde se discute por todo, la gente que e hace reir vale el doble.
Una leyenda japonesa dice que si no puedes dormir por la noche es porque estás despierto en el sueño de alguien...
La sinceridad duele a aquellas personas que viven en un mundo de mentiras.!
Una mente optimista, es el mejor estimulante que conocerás jamás.
Los verdaderos amigos duran hasta el final, el resto son etapas del pasado..
Cada sonrisa tiene una historia y cada lágrima tiene un recuerdo.
La bobina maravillosa, que te hará reflexionar sobre la vida

Cuentan que hace mucho tiempo, existió un rey bondadoso y trabajador, pero que tenía un hijo muy perezoso y falto de ilusiones, al que no le apetecía hacer nunca nada. No hacía más que quejarse todo el rato y responder con malas palabras cada vez que le ordenaban hacer una tarea:

– ¡Ojalá fuera ya mayor para poder ser rey y hacer lo que quisiera!

Pero un día, el príncipe encontró una bobina de hilo de oro sobre su cama y, para su sorpresa, la bobina le habló:

– Soy una bobina especial. Represento tu vida, toda tu vida, desde el principio hasta el final. ¿Ves que sobresale un poco de hilo? Son los años que ya has vivido. Si tiras del hilo, tu vida avanzará. Debes tratarme con cuidado, porque el hilo que desenrolles, no podrá volver a su lugar. Puedes tirar del hilo y pasar a otra etapa de tu vida si quieres, pero recuerda… los años que saltes, no volverán. Piénsalo bien.

– ¡Maravilloso! – respondió asombrado el príncipe– Además siempre he querido ser más mayor.

Así que, sin pensarlo más, tiró de la bobina. ¡Se moría de curiosidad por saber si lo que decía la bobina era verdad! Se miró en un espejo que tenía en su cuarto y efectivamente, ya no era un adolescentes, sino un joven apuesto, de unos 20 años.

Pero de pronto el príncipe pensó que con esa edad tendría que trabajar mucho, así que decidió tirar un poco más, y se hizo algo más mayor. Tenía unos 35 años, una espesa barba y una corona en la cabeza… ¡era rey!

– ¡Es la corona de mi padre! ¡Ya soy rey!– gritó entusiasmado.

Pero el príncipe no estaba conforme, porque le entró curiosidad por saber cómo serían su mujer y sus hijos, y volvió a tirar de la bobina. Y al instante apareció junto a él una hermosa mujer de largos cabellos dorados y cuatro niños sonrosados.

– ¡Qué bella es mi mujer y qué lindos mis hijos!- se dijo el príncipe- Pero… ¿Cómo serán mis hijos de mayores?

Así que el príncipe volvió a tirar del hilo y sus hijos de pronto crecieron. Eran unos hombres hechos y derechos. Entonces es cuando se dio cuenta de su error. Se miró al espejo y vio un hombre anciano, enjuto, encorvado de pelo blanco y rostro consumido.

– ¡No! ¿Qué es esto? – dijo entonces el príncipe- ¡Soy un anciano decrépito! – dijo entonces angustiado.

Miró la bobina y vio que ya quedaba muy poco hilo. Su vida estaba llegando a su fin. El príncipe intentó enrollar de nuevo el hilo, totalmente desesperado, pero no pudo.

– Te advertí- dijo la bobina- Y no me hiciste caso. Ahora no hay vuelta atrás y toda tu vida se ha esfumado. Has desperdiciado tu vida y ahora debes acabar…

El viejo rey asintió. Cabizbajo, salió al jardín para vivir sus últimos minutos de vida. Bajo el sol de primavera y entre árboles repletos de flores, el rey, murió.
No quieras saltarte etapas maravillosas de la vida: cada etapa de la vida tiene su momento. ¿Por qué hacer ya lo que debemos vivir en el futuro? Si intentas vivir la vida de adulto en la adolescencia, por ejemplo, estarás saltándote una etapa que jamás volverá. Y que dejará un vacío en tu línea de tu propia vida. No quemes las etapas. Vive como un niño si eres un niño. Vive como un adolescentes en tu adolescencia. No intentes ser un niño o un anciano en tu etapa adulta. Y disfruta de la vejez cuando llegue. Es lo que este maravilloso cuento quiere decirnos. ... (ver texto completo)
Antonia esta calle de la foto está muy cerca de la casa de tu Rafaela y más cerca de la casa de su Dólores... Qué pases una buena noche... Besillos.
Buenas noches Sensi; gracias por decirme que calle hera pues no conseguia saberlo; ahora si; un abrazo!
Antonia esta calle de la foto está muy cerca de la casa de tu Rafaela y más cerca de la casa de su Dólores... Qué pases una buena noche... Besillos.


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