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BAUL: El muelle, donde soleábamos la ropa blanca para que...

El muelle, donde soleábamos la ropa blanca para que su blancura fuera luminosa, encuentro, que donde tenia mis animales (Las cuadrillas) da la sensación de que han construido, se ve blanca, con techo, las que nos encontramos, eran hechas de piedra y barro, estaban muy deterioradas, como pude, donde había techo, lo usaba como gallinero, a continuación, con las cajas de madrea en las que venia el tabaco, con tela metálica hicimos una especie de jaulas grandes donde teníamos los conejos, con lonas encima para que no se mojaran, al lado, antes de que se construyera el almacen, adosado a la estación, era donde se metía el carbón, con el que nos alentábamos en invierno, guiábamos todo el año, hasta que aparecieron los infiernillos, que con petróleo se usaba, dándole paso después a las cocinas de gas butano, trabajar, partir traviesas desechadas, para en principio encender el fogón, se usaba en la estufa del despacho, que calentaba toda la parte de la casa, como los dormitorios, el pasillo para llegar a estos, los braseros, en la cocina con aquella mesa de camilla, charlando, mientras el guiso se cocía, la cena se preparaba, todos alrededor de la mesa en paz y amor, conversando sobre lo divino y humano, donde hacíamos los deberes (Sin tanto escritorio) gozábamos nuestra casa, cosa que seguimos haciendo) por lo cual, somos algo extraños, no hay mejor lugar para gozar y ser feliz como las paredes de tu casa, adoraba aquella, a la que añoro, daría el oro y el moro por trasladar en la que vivimos los mejores años de nuestras vidas, al mismo Baúl, adoro cada rincón, cada cuadricula del suelo, nosotros si que podíamos decir, aquella, tan famosa frase de ETE Mi casa, porqué lo del teléfono..., ya era otro el cantar, mi amor le tenia fobia, creo que si hoy físicamente estuviera, desde luego, móvil no tendría, y me atrevo a decir, que ni el fijo, por desgracia, al quedarme tan tremendamente sola y con los cuatro pequeños, mi padre se encargó de que se pusiera, al igual que él, no es el teléfono santo de mi devoción, pero las circunstancias mandan, y hoy (Aunque la mayoría del tiempo ni tan siquiera me acuerdo, llevo en el bolsillo, mi famoso "gilipolli" nombre que desde que salió le coloque al dichoso ídem, sin olvidar, el que tengo al lado, el llamado inalámbrico, todo por si las moscas, esta osada y vital persona, le da por coger el mocho..., y darme uno de los muchos trastazos, de los que voy saliendo gracias a Jesús y a mi ángel de la guarda, el último ha sido muy penoso, vivo porqué no me ha llegado la hora, estaba sola, quise hacer, no se el que, la cuestión fue que el brazo izquierdo se quedó como el dedo de Colon señalando las famosas indias, ni corta ni perezosa, y aprovechando la intensidad del dolor, le di una vuelta, me puse crema antiinflamatoria, lo vende y hete aquí que a los cuatro noches, el dolor era más que insoportable, aún así, no llamé a mi hijo, que dormía, me eche un flus-flus contra el dolor, y cuando Miguel fue a verme antes de irse al trabajo, con estupor vio que tenia el brazo además de hecho un globo, más negro que el carbón de piedra, pies pa que te quiero, a donde nada me gusta ir... entré por desgracia hace ya la friolera de 26 años, y esa mañana me metieron, porque ya pintaba gangrena, de haber aparecido el tétanos, lo más probable, es que esta noche escribiendo no estuviera, tras casi un mes de hospital (esta vez en un concertado) ahora día a día me vienen a dar fisioterapia, en fin, que mala hierba..., no muere hasta que no le llega la hora, como hora es ya de que me tumbe y esta noche poder dormir mejor y más que la pasada. Feliz fin de semana, desde el corazón, os desea, vuestra amiga. Teresa.
P. D. Seguimos gozando de un especial clima, que dure hasta más allá de navidad.