Recuerdo a un amigo de la infancia:
Una mañana del mes de Julio nos encontrábamos en la plaza, barios niños estábamos jugando, como solo los niños lo hacen.
Cuando se incorporo otro que vendía las tortas que su abuela hacía, y el con una canasta iba por la C/ vendiendo, entre los que allí estábamos hubo uno que dijo ¿Vamos al rió y nos bañamos? el chico que vendía las tortas dijo ¿Yo no boy pues tengo que vender las tortas?
Me recuerdo que aquel niño no tenía madre, y lo estaba criando su abuela podría ser que su nombre, fuera Juan, pues mis recuerdos no llegan a tanto.
Lo que si recuerdo es que fuimos corriendo hasta la ladera Santiago, por la cual bajamos hasta la primera C/ a la izquierda, y fuimos hasta el picoso y los ladrillejos que se encuentran de bajo del puente, al lado de la seña había unas mujeres que estaban lavando, nos desnudamos y nos tiramos al agua,
Oímos a las señoras gritar salimos corriendo en aquella dirección, vimos que una de la señoras había tirado, una sabana, con la intención de que la mano del niño la cogiera, pero ya fue muy tarde el tragante de la seña se lo trago.
Salimos corriendo rió abajo, mirando haber si salía por la boca de abajo, pero tuvo la desgracia de quedar enganchado en el palo que servía de eje para mover los rulos con los que se molía el grano. Cuando el río, había una persona que se ahogaba el en cagado de sacarlo era una persona llamada, Treviño.
Sirva esta nota de recuerdo a un niño que marcho de este mundo tan joven, ¿Y yo me Pregunto que alguna persona de Montoro tiene que re corda esta historia?
Pues fue que el niño de las tortas se había ahogado.
Y que yo recuerdo con toda nitidez solo me queda que este tiempo que llevas en el cielo hallas sitio para aquellos otros niño que aquella mañana, te condujeron hasta aquel maldito río, y tu canasta de tortas se quedo esperado en lo alto de aquella roca, y tú ropa a su lado.
Amiguito des cansa en paz…
Cuando nos veamos allí te contare las penas que los que quedamos aquí hemos pasado…
Una mañana del mes de Julio nos encontrábamos en la plaza, barios niños estábamos jugando, como solo los niños lo hacen.
Cuando se incorporo otro que vendía las tortas que su abuela hacía, y el con una canasta iba por la C/ vendiendo, entre los que allí estábamos hubo uno que dijo ¿Vamos al rió y nos bañamos? el chico que vendía las tortas dijo ¿Yo no boy pues tengo que vender las tortas?
Me recuerdo que aquel niño no tenía madre, y lo estaba criando su abuela podría ser que su nombre, fuera Juan, pues mis recuerdos no llegan a tanto.
Lo que si recuerdo es que fuimos corriendo hasta la ladera Santiago, por la cual bajamos hasta la primera C/ a la izquierda, y fuimos hasta el picoso y los ladrillejos que se encuentran de bajo del puente, al lado de la seña había unas mujeres que estaban lavando, nos desnudamos y nos tiramos al agua,
Oímos a las señoras gritar salimos corriendo en aquella dirección, vimos que una de la señoras había tirado, una sabana, con la intención de que la mano del niño la cogiera, pero ya fue muy tarde el tragante de la seña se lo trago.
Salimos corriendo rió abajo, mirando haber si salía por la boca de abajo, pero tuvo la desgracia de quedar enganchado en el palo que servía de eje para mover los rulos con los que se molía el grano. Cuando el río, había una persona que se ahogaba el en cagado de sacarlo era una persona llamada, Treviño.
Sirva esta nota de recuerdo a un niño que marcho de este mundo tan joven, ¿Y yo me Pregunto que alguna persona de Montoro tiene que re corda esta historia?
Pues fue que el niño de las tortas se había ahogado.
Y que yo recuerdo con toda nitidez solo me queda que este tiempo que llevas en el cielo hallas sitio para aquellos otros niño que aquella mañana, te condujeron hasta aquel maldito río, y tu canasta de tortas se quedo esperado en lo alto de aquella roca, y tú ropa a su lado.
Amiguito des cansa en paz…
Cuando nos veamos allí te contare las penas que los que quedamos aquí hemos pasado…
