Intención del Autor:
Se presenta en la alborada de amaneceres y cielos de atardecer bajo el crepúsculo de las Tinieblas: la Semana más esperada para dejar de ser esclavos. El recorrido del Señor para nuestra Salvación.
Esta vez es la Madre quien protagoniza el espacio.
Trabada alma radiante
en espinario de Dolor paciente.
Traspasado corazón sangrante
en incendiado amor ardiente.
Es Ella; en la tarde de un Viernes anunciante que su dolor lo torna para la Entrada Triunfante de un Dios gentil y cercano.
Miras a tu Dios, ojos que ven al Esposo Divino; Hija amada del Padre y en tus ojos clavados al Cielo se cumplen lo que profetas anunciaban.
Tu Hijo amado es entregado a los hombres, va cautivo, Humilde y Paciente pero nos deja el testimonio vivo de su amor: Pan de Vida y Caliz de Salvación en la noche del Jueves Santo, recordando este memorial bajo sus pasos de Presencia viva en la Tierra.
¡Ya no puedes Soledad! ¡lo buscas por las calles! y camino del Calvario con el precio de mis pecados al hombro va Jesús el Nazareno. Medio día soleado donde la luz de la Verdad va a ser clavada en el madero.
Es tu cara Amargura, madrugada en despierta agonía, noche desnuda de Cruz vacía y la vida se acaba en la sepultura.
Reposado cuerpo débil, pulído y frío. Yace desnudo en su lecho mientras reconstruye este Mundo y es la esperanza de todo cristiano la del Tercer día, la esperanza de Dios muerto que vuelve a la vida.
Juan Andrés Molero Cerro
Se presenta en la alborada de amaneceres y cielos de atardecer bajo el crepúsculo de las Tinieblas: la Semana más esperada para dejar de ser esclavos. El recorrido del Señor para nuestra Salvación.
Esta vez es la Madre quien protagoniza el espacio.
Trabada alma radiante
en espinario de Dolor paciente.
Traspasado corazón sangrante
en incendiado amor ardiente.
Es Ella; en la tarde de un Viernes anunciante que su dolor lo torna para la Entrada Triunfante de un Dios gentil y cercano.
Miras a tu Dios, ojos que ven al Esposo Divino; Hija amada del Padre y en tus ojos clavados al Cielo se cumplen lo que profetas anunciaban.
Tu Hijo amado es entregado a los hombres, va cautivo, Humilde y Paciente pero nos deja el testimonio vivo de su amor: Pan de Vida y Caliz de Salvación en la noche del Jueves Santo, recordando este memorial bajo sus pasos de Presencia viva en la Tierra.
¡Ya no puedes Soledad! ¡lo buscas por las calles! y camino del Calvario con el precio de mis pecados al hombro va Jesús el Nazareno. Medio día soleado donde la luz de la Verdad va a ser clavada en el madero.
Es tu cara Amargura, madrugada en despierta agonía, noche desnuda de Cruz vacía y la vida se acaba en la sepultura.
Reposado cuerpo débil, pulído y frío. Yace desnudo en su lecho mientras reconstruye este Mundo y es la esperanza de todo cristiano la del Tercer día, la esperanza de Dios muerto que vuelve a la vida.
Juan Andrés Molero Cerro
