. El
Cristo, la
calle del Sol, la
ermita de la Yedra. La eternidad a un paso. Quizás sea sólo la apariencia. Los
blasones, los amplios
patios, la caoba y los mármoles delatan una
historia oculta. Como decían los estudiantes revolucionarios de mayo del 68, la arena de la
playa está bajo los adoquines. Detrás de las
fachadas desconchadas se esconde un mundo maravilloso.