BAYARQUE

Habitantes: 235  Altitud: 817 m.  Gentilicio: Bayarquinos 
Hoy amanece en BAYARQUE a las 07:21 y anochece a las 20:54
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Situación:

Bayarque es una de las antiguas Villas del Marqués de Villena. Está situado al norte de la provincia de Almería, en plena Sierra de los Filabres.

Monumentos:

La Casa del Marqués de Villena.

Antiguas Minas de Mercurio.

Iglesia Parroquial.

Fiestas:

- Bayarque celebra sus fiestas de verano durante el primer fin de semana de agosto.

- El 13 de junio celebra la Festividad de San Antonio Patrón del pueblo.

Historia:

Los restos neolíticos más antiguos se han encontrado en Bayarque. De otras etapas posteriores han aparecido bastantes utensilios propios de la cultura romana, abundantes lucernas, sobre todo. Bayarque es desde su moderna fundación como villa en 1572, tras la Reconquista y posteriores revueltas moriscas uno más de los pequeños asentamientos vecinales que configuran el centenar de municipios de la provincia. De la intensa forestación que nos cuentan antiguas crónicas sólo queda, como vestigio aislado del pasado, el denominado Pinar de Bayarque, formado por una ancha mancha verde de pino carrasco; la rentabilidad económica es mínima, pero de gran valor sentimental y simbólico. Muy atrás quedaron las 200.000 encinas que integraban los 25 millones de árboles que cubrían todo lo ancho y largo de la Sierra de los Filabres. La industria local se reduce a una serreríay manipulación de la madera que da empleo fijo a cuatro personas, más una empresa constructora de ámbito comarcal. El futuro no se presenta nada halagüeño para los sufridos hombres y mujeres enraizados al terruño. Un pueblo en regresión económica y demográfica, en la que los jóvenes marchan a la capital o en busca de un puesto de trabajo en las cercanas explotaciones de mármol en Macael y en las industrias transformadoras de Olula del Río. Personas mayores viviendo de la jubilación bastante de ellos regresaron desde Barcelona al final de su vida productiva u otros, menos jóvenes, vegetando con las aportaciones que les producen los salarios esporádicos del PER o de las empresas forestadoras de sus cerros y laderas. Los más «sensibilizados» ante el mañana inmediato sueñan con un impulso económico a través del turismo rural de montaña. Recursos naturales no les faltan: clima, orografía y paisajes, gastronomía, costumbres y usos ancestrales, fiestas populares, caza..., y ante todo y sobre todo la hospitalidad de sus gentes sencillas.