ADRA

Habitantes: 25.000  Altitud: 15 m.  Gentilicio: Abderitanos/as o Adreses/as 
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Monumentos:

Arquitectura religiosa.

Iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción (S. XVI- XIX).
Iglesia, fortaleza. Destacan en su exterior los antepechos con saeteras, de claro carácter defensivo. Imaginería Barroca.
Ermita de San Sebastián (S. XVII, XVIII).
Reconstruida en 1680, se amplió en el siglo XVIII. Portada latericia con lápidas que la tradición atribuye a San Tesifón.
Iglesia parroquial de Nuestra Señora de las Angustias (S. XVIII).
La Alquería. Interesante Camarín con decoración geométrica de estuco.
Ermita de San Isidro (S. XVIII). Barranco de Almerín.
Ejemplo de arquitectura religiosa popular alpujarreña

Arquitectura Industrial
Arcos de las Animas (S. XVIII - XIX)
Molino del Lugar (S. XVIII)
Molino harinero de dos paradas, cuya conducción de agua se realiza mediante un amplio arco de ladrillo, levemente apuntado.

Fundición de San Andrés (S. XIX)
Perteneciente a esta Fundición de plomo, se conservan dos construcciones recientemente restauradas: la Torre de los Perdigones y la llamada Fabriquilla del Vinagre.
La Torre de los Perdigones
Representa todo un símbolo para Adra, siendo frecuentemente su reproducción en logotipos, carteles, etc.... alusivos a la ciudad. En ella se elaboraban perdigones obtenidos del enfriamiento del plomo derretido que se dejaba caer desde su parte más alta.
La Fabriquilla del Vinagre
Vestigio de la industrialización del siglo XIX, destaca por la cierta preocupación estética que patentizan algunos de sus elementos constructivos, algo poco frecuente en la arquitectura industrial.

Arquitectura Militar
Restos de Murallas de la Fortaleza de Adra (S. XVI)
Pertenecientes al recinto amurallado de Adra "La Nueva", que servía de protección a la villa. Mandado construir por la reina Juana "La Loca".
Torre-Vigía de Guainos (S. XIII-XV)
Representativa del sistema defensivo nazarí-castellano, cuyo cometido era la vigilancia costera sobre todo de la piratería berberisca.
Murallas y Torreones (S. XV)

Arquitectura Señorial
Casas Señoriales de las familias Rodriguez-Chacón y Gnecco (S. XVIII)
Arquitectura doméstica señorial, con elementos de origen popular. Los edificios se distribuyen en tomo a un bello patio interior

Excavaciones de Cerro de Montecristo.
El yacimiento arqueológico Cerro del Montecristo está incoado como Bien de Interés Cultural, máxima figura de protección contemplada en la Ley de Patrimonio Histórico Andaluz. Es una elevación natural de 49,38 metros de altitud sobre el nivel del mar, donde se asentó la población de Abdera.
Numerosas reseñas literarias de la antigüedad hacen alusión a ella: Estrabón menciona Abdera cuando realiza la descripción de la costa sur del Mediterráneo, aclarando que se trata de una fundación fenicia, al igual que Sexi (Almuñécar). Del mismo modo, P. Mela y Plinto se refieren a Abdera, junto con otras ciudades de la costa sur peninsular.
Se han realizado diferentes intervenciones arqueológicas en el Cerro de Montecristo desde el siglo XVIII. En el transcurso de la dirigida por el arqueólogo Fernández Miranda, en el año 1970, vieron la luz estructuras de casas de época púnica, cuya cronología se aproximaba al siglo IV a. C, así como materiales y restos de época republicana romana, altoimperial y bajoimperial, fundamentalmente de balsas de salazón.
En el año 1986 una nueva excavación arqueológica puso de manifiesto el potencial arqueológico del yacimiento, y en ella se documentó una fase más antigua, de ocupación fenicia.
En la actualidad, de Abdera conocemos que fue una fundación fenicia de finales del siglo VIII a. C., que reproduce una situación habitual del urbanismo fenicio: en la desembocadura del río Adra (o río Grande), sobre un cerro elevado proyectado hacia el mar, dominando el estuario del río.
Habitada la ciudad posteriormente por los romanos, detentó gran importancia en el Mediterráneo central y oriental, sobre todo por la comercialización del "garum" y salazones de pescado. La fisonomía del Cerro está muy alterada por los trabajos de desmonte y abancalamiento para el aprovechamiento agrícola. En la actualidad se trabaja para la recuperación y puesta en valor del yacimiento.
El tránsito de la antigüedad a la época medieval sigue arrojando grandes interrogantes, si bien fuentes escritas mencionan que el obispo de Abdera acudió al Concilio de Sevilla convocado por San Leandro en el año 590. Sin lugar a dudas, esta referencia, manifiesta que existió poblamiento hasta al menos el siglo VI d. C., y que Abdera continuó detentando cierta importancia al contar con sede episcopal

Lugar de interés del municipio.
Fuente del Mar
Fuente Homenaje a la Agricultura
Albuferas

Fiestas:

San Sebastián 20 de enero.
San Marcos 25 de abril. Fiesta típicamente labradora.
Cruces de Mayo 3 de mayo.
Noche de San Juan 23 de junio. Hogueras y moragas en las playas.
Virgen del Carmen 16 de julio. Fiesta de pescadores, desfile procesional marítimo
Fiestas de Semana Santa
Feria y fiestas de Adra (5 al 10 de septiembre) en honor de sus patrones la Virgen del Mar y San Nicolás

Costumbres:

Representación teatralidad de la pasión de Cristo en Semana Santa

Historia:

Antiguo pueblo fundado por los fenicios con pasado también romano y árabe situado en el límite de la provincia con Granada, a unos 53 Km. de la capital almeriense hacia el poniente.
Tradicionalmente su economía ha estado ligada al sector pesquero y al mundo marítimo. Actualmente, el puerto pesquero, construido en 1911, sigue siendo de los más influyentes, en cuanto a capacidad de flota del litoral andaluz. El sector agrícola, con la agricultura intensiva o bajo plástico, es la base económica del municipio, evocando el peso específico detentado por Adra a partir del siglo XVI con la producción de caña de azúcar. No podemos pasar por alto la espectacular actividad económica que genera el sector servicios, destacando especialmente la construcción.
Adra se mueve entre el mar y la montaña y su oferta turística se centra principalmente en sus campings y en su puerto deportivo. Su atractivo reside en el entorno natural que ofrece su albufera.
La construcción de la autovía del Mediterráneo permite una comunicación rápida con la franja mediterránea, contribuyendo al desarrollo económico y turístico de la zona.
La agricultura de Adra ha sufrido un crecimiento importante como lo atestigua el hecho de que las tierras de cultivo han aumentado su valor más del doble en tan sólo cuatro años. Ante los buenos resultados que ofrece las inversiones en invernaderos, la demanda de tierra se ha disparado, mientras que la oferta ha disminuido. Esta situación, junto a otras, ha llevado a que las tierras dedicadas a la labor agrícola sufran una enorme subida en cuanto a precios. Son varios los factores que han influido en esta tremenda subida: la alta demanda de compra de tierras, las buenas campañas agrícolas de los últimos años, la tendencia del agricultor a aumentar sus terrenos particulares, la buena coyuntura económica y la próxima llegada del euro, con el consiguiente auge del dinero negro. La conjunción de todas estas circunstancias hace que la compra de tierras para dedicarlas a los invernaderos sea una inversión muy rentable. Por otro lado, desde el punto de vista turístico, con 13 Km. de playas y calas en estado virgen, cuenta con Bandera Azul en dos de sus playas: San Nicolás y Poniente, las más próximas al casco urbano.
Su desarrollo turístico está estrechamente vinculado al desarrollo de turismos temáticos y de calidad, a partir de la valoración del Patrimonio Histórico y Natural. Las playas arenosas que invitan al descanso contrastan con formaciones rocosas, tales como acantilados e islotes. La transparencia de sus aguas incita al baño y al buceo para observar su rica y diversa flora y fauna: estrellas de mar, erizos, doncellas, meros, e incluso delfines conviven con aves marinas.
Por otra parte, la cuenca del río Adra presenta un curso de agua permanente durante todo el año, confiriéndole un carácter excepcional, si tenemos en cuenta que se encuentra situado en el árido sudeste peninsular. El río de Adra ha proporcionado agua y tierras fértiles a las distintas civilizaciones que sobre su margen se han asentado a lo largo de los siglos. Prueba de ello es la presencia constante del sistema de riego (balsas, acequias) y de molinos harineros.

Su nombre, relacionado con el del río, no es, según el profesor Guillermo Tejada, sino un hidrónimo prelatino compuesto, redundante: Desde "Ad+ (u) ra/ (e) ra/o (a) ra", "Río (-río)", a "Adra" - (De los grupos hidronímicos, "auda/ada/ouda/oda"..., "río", y "ura/ara/era/ira/ora", "corriente de (agua) o río")-.